Una ballena en una Pecera. Buscando mi mar interior

 "Nuestro cuerpo nos resulta tan desconocido como el Océano, algo a la vez familiar y extraño; es un mar interior" Philip Hoare


He cerrado muchas veces el blog, sobre todo en verano, quizá este cierre sea definitivo. Tal vez no si consigo rozar con los dedos mi mar interior y la magia que se esconde en él y que he perdido hace  tiempo.

Sea como sea, ha sido un placer conoceros a todas y todos. 

Necesito iniciar un viaje más allá de los confines de mis pensamientos, más allá de los límites de mi cuerpo, más allá de las Redes...  Necesito silencio e introspección justo ahora que el mundo se ha vuelto tan ruidoso. 

En este momento me siento como una ballena en una pecera. Debo encontrar la manera de romper los límites y regresar a mar abierto.  

Muchas gracias por vuestro cariño siempre. 

La voluntad imparable de avanzar

 “No siempre ganamos, no siempre somos perfectos, no siempre tenemos el control, pero tenemos la voluntad imparable de avanzar”


Desde que postee por última vez, he tenido experiencias interesantes que me han ayudado a recuperar la esperanza y también a relativizar con los problemas que me ocasiona mi "mala salud de hierro"

Stulz, el documental que Jonah Hill ha hecho con su terapeuta, no sólo me ha encantado, sino que me ha servido como una terapia completa.  Os lo recomiendo.

Además de conmoverme, me ha regalado una serie de herramientas visuales y fáciles de recordar para manejar mi vida siempre, pero más en este momento algo complicado para mí, para nosotros. 


...El dolor, la incertidumbre y la constancia por seguir adelante es algo que viene de serie. Es nuestra seña de indentidad como seres humanos. Mejor saberlo de antemano. 

Hasta he descubierto mi factor X,  el "villano" que siempre te lastra a la hora de avanzar, y ahora que nadie nos oye os lo voy a desvelar:

Mi villano es el miedo a no ser autosuficiente, me cuesta horrores pedir ayuda. 

Y es que desde muy  niña, desde los cinco años, he manejado mi existencia sola, he sido lo que aquí se llama un "Juan Palomo" Yo me lo guiso y yo me lo como. 

Por contra, me encanta ayudar a los demás, hasta a los desconocidos.  Así que tengo que controlar a  mi villano, dejarlo de lado,  y no ser tan "soberbia" como me dirían las monjas. 


Mi hijo y su Perro Milton, mi nieto perruno, como yo le digo, han estado en casa de vacaciones, y eso también me ha ayudado un montón. Además de una escapada a Madrid para abrazar a mi hija y mis bellas nietas. 

Charlas, besos, lametones,  suspiros perrunos, risas, comer rico, alguna copa de buen vino... Todo ayuda.  


Hasta voy a empezar a ir al Gimnasio, sólo actividades acuáticas. Ya tengo el ajuar a punto. 

Pero es que yo siempre he odiado los Gimnasios aunque no he sido nunca sedentaria, me encanta moverme: basquet, nadar en el mar, bucear, montar a caballo, patinar, caminar... bailar..., pero el gimnasio NO, pero ahora va a ser Sí, ya que no me queda otra. 


Me hice esta foto para recordarme a mis 69 años recién cumplidos. Voy coja, pero no luzco mal. 

Confirmado que tengo que cambiar las dos rodillas, pero no en verano que no lo soportaría con mi fobia al calor. Así que esperemos que en otoño o invierno empiece mi reconversión en mujer biónica.

Y con el impulso férreo de avanzar, lanzo el deseo de que este "hacerme mayor sin delicadeza" se solape con la voluntad de conseguir ser una mujer más o menos equilibrada mentalmente,  con un cuerpo en forma, que sepa pedir ayuda y nunca pierda el sentido del humor. 


Oígo la tormenta a lo lejos...Huele a lluvia antes de caer
Por fin llueve. A mi planta de Navidad todavía le quedaban seis hojas rojas.
Pierde una como lágrimas en la lluvia. Es tiempo de morir... le digo con un clic.

Me siento en calma... Casi feliz.


Blade Runner primaveral o la mujer que soñaba con ovejas eléctricas

 

Voy al taller de repuestos por dos rodillas completas, un clavo para fijar un tobillo… Flus-flus para manos, muñecas y caderas. Músculos en forma para la espalda… Y de paso Tiritas para el corazón y ese tornillo que dicen que me falta.

Subo a un tren en marcha. Los pasajeros van desfilando dejando en mi carrito de recambios libros de Autoayuda.

Un hombre con un bigote descomunal comprueba mi billete mientras me canta al oído un bolero.

Usted es la culpable

De todas sus angustias

Y todos sus quebrantos…

No soy neutral en este tema, y menos en un tren en marcha, pero aun así asiento con una sonrisa.

En mi cabeza y sin que venga a cuento los pensamientos felices, las risas y el dolor se montan un ménage à trois

- ¡Bang!

Salto por los aíres.

-¿Donde estoy?

-Para que lo sepas, bonita, estás en el cielo.

-Pues perdona, raspa, pero tanto Paraíso que nos han vendido… Esto es un poco cutre.

-Ya, es lo que hay - me dice guiñando la cuenca de su ojo, que asemeja un abismo. Le pongo una tirita roja, que parece una cruz. Famélica bebe de un cubo ficticio.

-Es maná milagrero - me informa.

-Luego me das un poco- le digo- tratando de no ser desconsiderada.

Rumor de ángeles transportando palabras de aliento, que empañan mi alma como las ventanas de una Cafetería un día frío de invierno, preceden al galeno con pinta de Dios Padre.

-Del uno al diez, define el dolor de tus articulaciones y demás.

-¿Trece? ¿Diecisiete?

-¡NOOOO! - grita.

-Que la detengan, es una mentirosa, malvada y peligrosa…

El mismísimo Paulo Coelho se interpone entre el galeno y mi yo adolorido.  Y alzando los brazos como si quisiera apaciguar a una yeguada salvaje repite como un mantra:

"El dolor de ayer es la fuerza de hoy”

"El dolor de ayer es la fuerza de hoy”

Estoy a punto de abrazar a Coelho a ver si se me contagia su buen rollo, cuando el canto jubiloso del Mirlo que vive cerca de mi balcón me despierta con sus trinos celebrando la Primavera.

- Es lo que hay- me digo al ponerme en marcha un nuevo día, entre crujidos, ay, uy, oi y demás onomatopeyas.  

Más tarde, mientras tome el sol por lo del Calcio y la vitamina D, pensaré qué significa este sueño. Igual encuentro el hilo por el que desenroscar el ovillo enmarañado que es mi vida en este momento.

“… Mi corazón tendría la forma de un zapato, si cada aldea tuviera una sirena …

 

…Entre zapatos, bolsos... y pañuelos de seda que imitan las olas del mar, la sirena en su pecera con vistas a la calle comercial mueve su cola de pescado zis, zis, zis… mientras musita:

…hay barcos que buscan ser mirados para poder hundirse tranquilos…” (Lorca)

 ¿Os habéis sentido atrapados alguna vez? En una relación, en un trabajo, en un cuerpo que no responde… 

Desde pequeña, por diferentes circunstancias de mi vida, me he sentido atrapada y siempre he sabido escapar con más o menos gracia y acierto. Hasta salté por una ventana con cinco años,  una ventana bajita ¿eh?

Hoy me siento encerrada en un cuerpo escacharrado que ya no me permite caminar por horas como me encantaba hacer.  Ni saltar ni correr…

…Aunque todavía puedo bailar y no depender de nadie y cuidar de los que amo, el dolor y yo somos viejos colegas y esa necesidad de "salir corriendo..." no me abandona. 

Con tanta práctica de escapismo, he aprendido que, además del dolor, la tensión que provoca buscar “la salida” me mantiene activa, rebelde y con la cabeza en equilibrio.

Como decía Nietzsche “Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”

Desayunando en un Bar de Madrid, veo como esta pobre langosta boca abajo intenta ponerse boca arriba con mucho empeño… Me parte el corazón. 

Por fin lo consigue. Y, con sus pinzas amarradas con unas gomas azules, la langosta se pega al vidrio de la pecera “manos arriba” tratando de comprender que hace ahí.

 ¿Rendida? Creo que no, que sigue intentando escapar ... como algunas.  

Y tú que me lees, ¿te has sentido alguna vez una sirena o una langosta en una pecera? 

Año Nuevo, Lobo Nuevo y un muerto que está muy vivo

 

Con la excusa de un nuevo año siempre me propongo:

Mantener engrasada mi mala salud de hierro

Retomar mi dieta saludable. Rota más por los brindis que por el exceso de comida

Leer más y acabar alguno de mis proyectos creativos pendientes...  

 Y, sobre todo, disfrutar en vivo y en directo de todos mis amores y afectos…

… Propiciar encuentros y disfrutarlos con charlas y muchas risas, como las que nos hemos echado estas Fiestas con las peques Nora de 9 años y Sara de 4, versionando los cuentos clásicos.


LOS TRES CERDITOS

Lobo se jacta de tirar sin esfuerzo la casa de paja de cerdito soñador y la de madera de cerdito cantarín, pero cuando llega a la de cerdito previsor, que ha construido una casa de granito, y no de granitos de la cara, no…

…sino de esa piedra dura como el turrón de Alicante o el bistec a la brasa que te ponen en los sitios de menú económico…

…y Lobo sopla  y resopla hasta desmayarse... ya nada será igual...


Cuando Lobo se recupera del soponcio, desahoga su ira a patadas… estampando su dedo gordo y segundo contra el muro y dejando a ambos con la consistencia de una hamburguesa jugosita…

Después de reanimar un poco a Lobo a cubazos, los tres cerditos se apiadan de él y llaman a la Ambulancia, pero por error llega una furgoneta de PONTE GUAPO a domicilio que lo atiende sin demora.

Cuando Lobo recupera el aliento junto a su mala hostia se mira al espejo y balbucea:

         - Oh, oh, nooooo, qué voy a hacer ahora, nadie querrá contratarme como malote...Llora un poco, aullando cómo suele hacer, desesperado.

La verdad es que luce lindo. 

Le han hecho una manicura rosa divina. Le han vendado su hamburguesa de dedo en un verde lima, que combina con el rosa … y le han aconsejado algunos complementos que le dan un aire  entre chic francés y LoboQueen, que está para comérselo.

Lobo toma una inesperada decisión: se desapunta de ser siempre el malo de todos los cuentos y se propone que sus viejos enemigos se conviertan en sus nuevos amigos… 

 ¿Creéis que lo conseguirá?

Y hablando de "amigos"

No. No me he quedado viuda, pese al empeño de dos bloguers que desde el verano vienen dándome su "sentido" pésame intermitentemente. 

Mi marido puede que haya perdido algo de vista y me vea con Flow, porque sigue creyendo que soy guapa, estoy buena, soy inteligente y le hago reír como nadie... Pelin exagerado, pero vivo está.

Ya le he advertido que, como se le ocurra morirse, lo mato… A ver dónde encuentro yo un chollo así… 

¡FELIZ AÑO!