Amar sin planes, sin promesas, sin pretextos…a ras de suelo

Hay que amar con valor, para salvarse.

Sin luna, sin nostalgia, sin pretextos,

Hay que despilfarrar en una noche

—Que puede ser mil y una— el universo,

Sin augurios, sin planes, sin temblores,

Sin convenios, sin votos, con olvido,

Desnudos cuerpo y alma, disponibles

Para ser otro y otra a ras de sueño.

(Mario Benedetti)

Hoy dejo que el poeta Benedetti me haga casi el post  y, atrevida, uno mi prosa a sus hermosos versos con una confidencia...

...No quiero empalagos rosas ni convenios ni promesas. Necesito ternura, pasión, risas y mucha complicidad. Ser él a ras de sueño y amarlo a ras de suelo. No me importa que me ame para siempre, me importa que me ame.

Y tú ¿cómo quieres que te amen?

Asientos reservados para personas especiales

Se colocó las gafas de sol, temiendo que la fría luz de los vagones del Metro la despertara de su ensueño.

Se sentó en los asientos reservados para “personas especiales”, como si fuera consciente de que lo era. Me senté frente a ella y la observé.

Todavía era guapa, de porte altivo. Olía a Chanel nº 5 y sus ropas, aunque algo ajadas, eran de buena hechura. 

Olvidó los poemas que recitaba en los andenes y entabló un duelo entre recuerdos y opiniones. 
 
 Ah, la Magnani… qué buena actriz…y qué fuerza… Esa sí que era una mujer de armas tomar y no la menganita… (Aquí nombró a la esposa de un político local)”  
Cabeceaba y reía pícara imaginando vete a saber qué.

Los niños la escuchaban fascinados. Algunas almas simples la observaban con rechazo, y se alejaban de aquella mujer extraña que hablaba sola.
 
En un momento nos miró con sorpresa, como si acabara de descubrirnos, y entonces dijo con un deje de ironía:
“Que importa si me llaman loca… Que me encierren en un manicomio… si quieren… Lo prefiero, antes que un hombre no me saque a bailar” 
 
Se meció con nostalgia del algún bailarín amado. 
 
Descolgué la cámara de fotos del cuello. La coloqué sobre mis rodillas para compensar la falta de luz y el movimiento del vagón. Dos únicos disparos. 
 
No quería olvidar a aquella Magnani rubia, que vagaba por los andenes del Metro embrujando a su soledad con versos y soñando con un hombre que la sacara a bailar de nuevo.

Pasiones desatadas y bodas de ensueño. Cuentos locos para niños grandes

Si  tienes miedo a volar y adoras las bodas de velos y encajes… esta historia te partirá el corazón
 
Mei: Ah, siento sus costillas batiendo contra mi pecho. Me ama. Lo amo.

Yûki: Oh, qué placer y que tragedia cuando Cupido te alcanza y estás encadenado. No voy a soportarlo. Se impone un harakiri.

-Mira que eres trágico, Yûki.  Arriésgate. Corta las cadenas. Sólo tienes una vida. 

-Nooo, loco. Te estrellarás. Finge, miente, pero compórtate como un hombre.
 -Eso, eso, compórtate como un hombre- piensa en of el guardián del castillo mirando a  Yûki con lascivia.

El novio duda. Sus emociones disparan flechas de compasión para Mei y de deseo para el guarda del castillo.
Por fin, Yûki, ignorando desmayos y murmullos de comadres, abandona la idea del suicidio ritual y besa con lujuria ninja al mancebo de cota de malla y yelmo velado.

Encajados como piezas de puzle, los noveles amantes se alejan del bodorrio a lomos de una Kawasaki.
Escándalo, es un escándalo…

Escándalo, es un escándalo…
Música de violines, novia despechada… Qué escena, qué plasticidad ese vestido vaporoso a galope en un paisaje desolado…
Un tiempo más tarde, Mei borra las bodas de su agenda vital. 

Ni monja ni ermitaña ni huraña. Ni vello asilvestrado en las piernas ni trampas de araña en la "montaña" como auguraban algunos.

En la actualidad, es usuaria de un servicio de hombres limpios, mañosos y diseñados para el placer con amplia gama de prestaciones.
Entrega a domicilio y recogida en 24 horas. Salvo festivos que puedes disfrutarlos más tiempo y devolverlos en taxi.

El pedido llega a casa de Mei. Firme aquí, por favor, dice el repartidor muy serio y añade...

...Prestaciones solicitadas: colgar cuadros y orientar la antena parabólica…
-¿Y luego…?- inquiero levantando la ceja.
-Luego… ya improvisaremos - me dice Mei con un guiño.
Aunque soy una mujer romántica también soy pragmática y me gusta tener un plan B a mano. Anoto la dirección de “LOS GEMELOS” porque...nunca se sabe.

Y ahora sí, colorín colorado… 
Todas las fotos son de mi autoría excepto la "base" de la foto de novia a la fuga que he utilizado para el fotomontaje. Si el autor la reconoce, espero que no se enfade.