Mientras
el nuevo perfume del Partido Popular se extiende por España y se concentra en Madrid,
las autoridades competentes con su alcaldesa al frente continúan en paradero
desconocido.
En
la panza del buey que ni nieva ni truenaaaa. Responde una vocecita en la
lejanía.
Durante la primera semana de huelga, la alcaldesa, Ana Botella, vivió camuflada en un contenedor de reciclaje de vidrio. Tal vez inspirada por su apellido.
Llueve
sobre mojado. Sigo sin comprender como elección tras elección, la mayoría de
los votantes madrileños eligen a políticos corruptos, ineptos e impresentables
cuyo interés por la ciudadanía y la ciudad de Madrid es cero patatero.
Fumar
mata sin duda, pero el Partido Popular está aniquilando Madrid. Mientras
el turismo internacional crece en toda España con cifras record (más de
cincuenta millones este año 2013), en la capital desciende un 6,6%
La
alcaldesa Botella salé por fin de su escondite y dice que, como en 48 horas no
se pongan de acuerdo empresas y trabajadores, ella y su José Mari, ex presidente de España, se
comprometen a dejar las calles relucientes como el sol. El sol de El Cara al Sol con la camisa nueva, por supuesto.
Nota: A pesar de las incomodidades, la mayoría de ciudadanos hemos apoyado a los trabajadores, a los que las empresas contratadas por el Ayuntamiento de Madrid pretendían rebajar el sueldo un 70% y despedir a 1.132, además de los 300 a los que no se les ha renovado el contrato.
Algo
está y huele a podrido en Madrid y no son las basuras acumuladas estos días de
huelga.