Tango enmascarado, estimulador de clítoris y falta de oxígeno

Según el gran maestro argentino Enrique Santos Discépolo, el tango es un pensamiento triste que se baila. Y hoy esa definición me asalta en esta calle solitaria del Centro de Madrid, hace unos meses bulliciosa y transitada por oleadas de turistas. 

Tres señoras sesentonas acaban de comprar un estimulador de clítoris. En la acera, sin cortarse un pelo, la más experta le cuenta el funcionamiento a la novata con todo detalle, me entero que el artilugio tan de moda no succiona ni vibra, sino que ¡sopla…!

Me río alborozada.

- ¿Sopla?… ¿Y funciona?... Ya sabes…- pregunta la novata, algo escéptica.

-Que sí chica, no hay nada igual, hazme caso, pruébalo y ya me contarás

Me encantaría hacerles una foto con el Satisfyer Pro2 en mano, enmascaradas y tan estupendas ellas, pero soy tímida con esas cosas íntimas. Para disimular cuando una mira mi cámara en ristre, me autorretrato en un espejo cercano. 

Me siento Alicia a través del EspejoEstoy bien, pero… ¿soy feliz? A ratos sí, a ratos no. 

Dicen que no se puede vivir sin amor, pero como decía el Doctor House, el Oxígeno es más importante…

La dependienta de una tienda me dice que se le cae mucho el pelo.

-Será estrés, mujer. Tomate unas vacaciones.

-No es estrés, es falta de Oxígeno…por llevar mascarilla, me dice bajando la voz…

Me río estupefacta, pero ella no lo nota porque también voy enmascarada y, sin embargo, mi pelo es abundante, demasiado para mi gusto.

En el andén del Metro veo un enmascarado que parece que se esté cargando.

Al acercarme, el cargador con cara de artefacto sonriente, me pregunta:  ¿BATERÍA BAJA?

-Uf si yo te contara, guapo, pienso, aunque sólo le guiño el ojo…

… porque hablar con objetos inanimados es cosa de locos y yo finjo siempre que estoy cuerda