No mueren aterrorizados por las pelotas de goma, es que nadan como niños


Varios grupos de subsaharianos se lanzan al agua con la intención de cubrir a nado unos 100 metros, la distancia entre la miseria conocida y el sueño de una vida digna en algún lugar de Europa.
Desde Ceuta, la Guardia Civil dispara pelotas de goma para disuadirlos.
Los emigrantes no saben si les están disparando con pelotas de goma o con balas de verdad. Se asustan y quince emigrantes mueren ahogados. Una patrullera cerca no hace nada para rescatarlos.

“No mueren aterrorizados por los disparos, se ahogan solos” dice sin inmutarse el presunto periodista, Alfonso Merlos, y precisa que es que nadan como niños de año y medio, y claro así les va…

Ya le vale, señor Merlos, no es usted más tonto porque no entrena.
No sé cómo no se le ha ocurrido que podrían venir en un Crucero en vez de amontonarse en lanchas precarias o de juguete. O tomar clases con David Meca, campeón del Mundo de Natación en Aguas Abiertas.
Apago la tele. Y para conjurar el horror y vergüenza que me produce tanta estupidez, crueldad y deshumanización me pongo a hacer un fotomontaje.

Y esto es lo que salió de un tirón.
Ah, los dibujos no son influencia de Merlos, dibujo así, como los niños, y así me va.

Matar el tiempo, encontrarse a solas con uno mismo o mi añoranza del mar

El filósofo Schopenhauer decía que vivir es lo que ocupa a todos los seres humanos, yo diría sobrevivir, pero que cuando los medios de vida están asegurados no sabemos qué hacer con el tiempo y nos aburrimos.

Así que el siguiente paso que mueve al hombre es escapar de ese aburrimiento. Y “matar el tiempo” se convierte en su objetivo principal.

Pues que quieres que te diga, Schopenhauer, que conmigo has tocado hueso.

Nunca me aburro. Ni siquiera cuando estoy en algún evento por cortesía, por amor o por lo que sea, al que no iría si pudiera elegir.
Siempre encuentro el modo de pasarlo bien, “material literario” lo llamo yo. O ser creativo y jugar con lo que uno tiene a mano.

 
Disfruto del silencio... y de la soledad tal vez porque puedo poblarla cuando quiera. Y lo que más me gusta es no tener nada apuntado en la agenda, y poder ir a mi aire, “sin horarios ni fecha en el calendario”

Parece ser que muchos filósofos creen que tratamos de llenar ese tiempo para no encontrarnos a solas con nosotros mismos.
 
En mi caso, como decía Montaigne:
“Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero”

Cuando me encuentro a solas conmigo misma, me lo tomo con mucho humor, ternura y condescendencia.
 
“Nadie es perfecto”, me digo rememorando el final de la película “Con faldas y a lo loco”, cuando el personaje que interpreta Toni Curtis desvela a su enamorado que es un hombre disfrazado de mujer estupenda.

Siempre me falta tiempo para jugar, para leer, ver pelis, charlar con la gente que quiero, pensar, vagabundear con la cámara de fotos… así que ni se me ocurre “matar mi tiempo”.


Mi tiempo tiene alas, se encoge, vuela, navega, se me escapa entre los dedos y ni siquiera consigo engatusarlo con mi poca afición a gastarlo durmiendo, así que si a alguien le sobra tiempo para “matar” o para aburrirse que me lo regale. Me haría un inmenso favor.

No soy de las que me aburro, pero sí de las que alucino cuando creo que el mar ha llegado a Madrid, y trepa por las fachadas en construcción o se derrama por el asfalto para aliviar mi añoranza.

Mi imaginación coloca el horizonte a la altura de mis anhelos. Y en vez de “matar el tiempo” lo busco, lo habito y lo disfruto.

Arte Doméstico Intervenido o como divertirse en tiempos de crisis

 
Para practicar Arte Doméstico no se necesitan ni grandes dotes artísticas ni un equipo carísimo ni siquiera un gran esfuerzo. Sólo ganas de jugar. 
 
Materiales que voy a utilizar: Libros de Arte y Fotografía, las muñecas pelonas que compré en un mercadillo, mi cámara de fotos, y la luz que entra por la ventana.
Daniel Masclet, Quai d’Orléans, 1950
No hay truco, coloco a la muñeca encima de la obra y cuando encuentro la pose de intervención hago clic.
 
Una simple foto, sin fotomontajes, aunque luego utilizo el retoque para algún detalle y para afinar la escena.
 

Bodegón Metafísico de Carlo D. Carro, intervenido
Un metafísico afirmaría que lo que rezuma por la nariz está “más allá de la naturaleza o más allá de lo material y lo físico”.
 

Bodegón besugos y naranjas de Luis Egido Meléndez, intervenido
La sirena cubre su desnudez con las escamas del besugo aullador. El otro besugo la acoge en su lomo y ella amorosa musita en sus branquias palabras de amor sencillas y tiernas. 


La tienda del carnicero de Annibalie Carraci, intervenido

A la muñeca pelona se le rompe el corazón ante tanto animalillo abierto en canal y se hace vegana.


Dalí, Paul Facchetti
Dalí nos propone esta performance… Y nos vamos a París
Janine Niepce, camarero de un café, 1957
Desayunamos en uno de sus elegantes cafés… 
 
Peter Turnley, metro Saint-Placide, 1980
 
Viajamos en metro…

Martine Franck, exposición de arte belga en el Grand Palais, 1972
Nos vamos de Museos…
 
Helmut Newton, Rue Aubriot,1975
… nos dejamos seducir por la noche parisina más chic y canalla o…
Louis Armstrog en su camerino en el Latin Casino, Filadelfia, 1959
…volamos hasta Filadelfia para relajarnos detrás de las bambalinas con el gran maestro del jazz. No hay límites, sólo hay que dejarse llevar.  
Cartier-Bresson
Demostrado: podemos divertirnos con la cámara aunque no tengamos un estudio o un gran equipo fotográfico, ni tampoco dinero para viajar, llueva a mares, haga frío o mucho calor y no nos apetezca salir por ahí a pasear o a mirar obras.
  
Ya sabes, si estás en crisis, no te deprimas, sé creativo.