El bestiario de Nora: fauna, flora y otros especímenes para alucinar. Primera parte

 Nora acaba de cumplir 4 años. Le encanta el Arte, además de bailar, cantar y comer cosas ricas y de verdad, como ella dice, paté de oliva, merendar pollo asado, queso roquefort o de cabra, los macarrones de la yaya a todas horas...las albondigas que hace papá, la pasta que hace máma...
  Nora se dibuja en el campo. Le digo…

-Anda, te has dibujado un poco bizca

-Que no, yaya, es que tengo un ojo en forma de corazón porque estoy feliz.

- Y ¿por qué has puesto NORMA, en vez de NORA? (sólo sabe escribir con mayúsculas)

- Es que quería poner una M, de mamá, para acordarme de mamá.
  -Es una familia de caracoles que sacan los cuernos al sol, aunque el sol no se ve porque está muy alto.
-Y eso de abajo, ¿es un gusano?

- Noooo, es el camino por donde van los caracoles. Un camino que tiene flores.
  -¿Es un pollo con bigotes? – le pregunto.

- Ay…yaya, qué despiste. No ves que es mi Hámster ruso en su jaula. Arriba está la casita con el pelo, donde duerme, y eso con agujeritos es la comida. Y abajo las cacas y él. ¡Qué mono el Roque,  eh, yaya!

Definitivamente no es un pollo con bigotes.

 Araña feliz con flequillo. Que lo lleva peinado un poco a lo punki.

-Por dentro es verde, pinto con negro encima y sólo se ve que es verde por dentro un poco. ¿Ves?
  -Ay, cariño, las lágrimas han quedado muy lejos de los ojos ¿no?

Le señalo los chorretones blancos.

-¡Que son colmillos!, no lágrimas. Es una cría de araña con colmillos y lengua roja, ¿no ves que se está comiendo la comida amarilla?
  Y por último tortuga marina que sale a respirar y que echa vapor de agua como las ballenas.

-Está contenta y toma el sol. El sol también está contento.

De pequeña soñaba con caballos negros y praderas amarillas…

Habitar  una casa con chimenea, tener un  perro, dos gatos perezosos, un jardín trasero y un cuarto propio con ventanas alineadas al horizonte.

Vengo de serie con un defecto para encajar en la realidad. Y si no quiero perder la poca cordura que me toca...
 ...tengo que inventar mundos paralelos por los que transitar cuando la melancolía se viene a vivir conmigo. 
Sé que no amanece cuando se enciende la luz de la nevera, y que los sueños pocas veces se cumplen, pero necesito seguir soñando para no quedarme sin esperanza.
  Porque ya lo dijo Cortázar,  la esperanza es la vida misma defendiéndose