Plenitud o muerte

 


"La vida es un Zoo en una Jungla" decía el novelista estadounidense Peter de Vries,  y estoy leyendo un libro muy interesante que lo corrobora:

 "La muerte contada por un sapiens a un neandertal"

Escrito a dos manos por el escritor Juan José Millás y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, este último afirma que:

"En la Naturaleza no hay vejez, no hay decrepitud. Sólo hay plenitud o muerte"...  

...Y que el ser humano tiene una fecha natural de caducidad de unos 70 años, como un ratón la tiene de 3, un elefante de 90 o una mosca de 35 días.  

Que estemos vivos después de esa caducidad, sólo se debe a los cuidados, medicinas y a que somos seres domesticados. 

Por eso también nuestras mascotas enferman y alargan su vida más de lo que ocurriría en la Naturaleza, así como los animales que viven en Zoos o espacios de reclusión. 

Por lo que deduzco que domesticación es igual a decrepitud y enfermedad.


Voy rumiando lo leído mientras entro en una tienda de productos exóticos y esotéricos, con unos animales de peluche enormes que se mueven y estos monjes meditando...

...  Leo un mensaje que parece dirigido a mis últimas divagaciones:

“Acepta. No es resignación. Porque nada te hace perder más energía que pelear con una situación que no puedes cambiar” 

Acabo de cumplir 68 años. Me quedan dos para mi fecha de caducidad o mi decrepitud...Y encima estoy a dieta. Le digo a Xavi que me haga una foto para eso del "antes" "después"


Por las luces y sombras de los árboles mi cara sale moteada como la de un guepardo. 

Busco en mi archivo particular y le adapto a mi cuerpo fondón, pero en proceso de afinamiento, una cara de maniquí de porcelana. Y me río y me consuelo porque todavía hay cosas que sí  puedo cambiar. 

Hace tiempo que sé que la vida no tiene sentido, razón de más para que le busque alguno, que haga que este viaje con final programado sea más placentero en la plenitud y también en la decrepitud.


Paseo abajo me topo con esta lechuza, que me mira como si me conociera de toda la vida.

-Oh lechuza, qué ojos tan grandes tienes- le digo
-Son para verte mejor - me responde.

Me río sola y sigo dándole vueltas a mis lecturas y al sentido de la vida. 

La reina coja, el relicario y ese hacerse mayor sin delicadeza

Cuentan por ahí que Don Francisco de Quevedo se atrevió a llamar en público coja a la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, y que era en verdad coja, con estos versos:

“Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja”

Usando el Calambur* (es coja)



Entre la foto del fondo y la radiografía actual de mis rodillas hay justo once años de diferencia
(A los 57 todavía pisaba con garbo)
Fondo utilizado para el fotomontaje: Exposición  de Vivian Suter (que me encantó) 

 Pues sin juego de palabras de por medio os confieso que…

…Entre el clavel y la rosa, lo cuente como lo cuente, me estoy quedando coja

Mientras camino como un pingüino, sonrío con nostalgia recordando mi andar ligero y bailarín …Y como un guapo mozo puso su chaqueta a mis pies cantando a mi paso:

"…Pisa morena, pisa con garbo, que un relicario, que un relicario me voy a hacer…Con el trocito de mi "chaqueta" que haya pisado, que haya pisado, tan lindo pie…"


Pisé con garbo aquella chaqueta tendida a mis pies, aunque él no se hiciera el relicario prometido, cuando comprobó que la huella de “mi lindo pie” le daba para hacerse una funda de almohada.

*Calambur: recurso literario que agrupa las sílabas o las palabras de un modo intencionado con diferentes sentidos y se utiliza en juegos de palabras, chistes y adivinanzas infantiles:

“Oro parece, plata no es, el que no lo adivine bien tonto es”


No te deprimas, nena, no tienes cartílago, pero te sobra humor, sé creativa

Cosas que hacer antes de quedarme coja del todo:

Adelgazar en serio, todo lo que pueda (Nutricionista a la vista) Ya os contaré

Reforzar los cuádriceps mientras pienso en algo creativo que me divierta y cautive para después, (nunca me ha gustado hacer gimnasia)

Reírme cada día de mi misma y pasarlo regio, pese a todo

Ahorrar para las infiltraciones de Ácido Hialurónico para engrasar mis rodillas en cuanto les quite peso. Y por hoy... 

... "¡Eso es todo amigos!",