Una historia de amor salvaje: Insectos para picar

 
-Está bien, CobraFlor, te hago cosquillas, pero tienes que ayudarme a conquistar a Ciclamen rojo. Necesito poseerlo y, tal vez, zampármelo al acabar la cópula, que estoy harta de machos verdes, y un poco de néctar fresco me iría de cine.

 
Mantis esnifa el elixir de amor preparado por CobraFlor y se queda dormida. Al despertar, corre hacia el agua remansada y contempla satisfecha el efecto del bebedizo.

 
-Ciclamen, amorcito, mira que cuerpo me he agenciado solo para ti. Hazme tuya. Puedo ser lo que tú quieras: apasionada, carnal, romántica, etérea… Pídeme la luna, y a por la luna voy.  


Pero a Ciclamen, que es de gustos caseritos y no está para romances raros, le escama el ardor de la Mantis y huye despavorido.


Cuando comprende que la Mantis no se da por aludida, no le queda otra que ahuyentarla a pistilazo limpio.



Y así fue como la Mantis regresó al amor seguro y sosainas de siempre; y a su dieta nupcial habitual.
Pese a lo que las malas lenguas dicen, la Mantis no se come a todos sus pretendientes, pero desde que la FAO acaba de nombrar proteína para  pobres a sus congéneres, ella teme quedarse sin machos que llevarse a la boca, y sólo copula con final salvaje.

Fotomontajes hechos reciclando  fotos mías y de internet

Incompletos: sin pies ni cabeza

 
El mundo es un puzle caótico inventado por un loco sin pies ni cabeza.
 
En una cabeza cabe el mundo, el universo. Pero también hay cabezas huecas, yermas, deshabitadas. En ese caso, se aconseja taponar el orificio por donde se escapa la NADA más insulsa.
 
Si nos creemos más y mejor que otros, sólo hay que cambiar la perspectiva de la mirada. Los resultados son sorprendentes.
Fotos del Rastro de Madrid.

El Anticristo, los profetas y el Mesias de incógnito...

 
No soy creyente, y lo siento, al no contar con más vida que ésta y mi libre albedrío. Una miseria comparada con la Eternidad y la voluntad del Creador que te libera de toda culpa.
Pero, lo confieso, siento debilidad por los Profetas. Los encuentro muy creativos, qué queréis. Y me chifla ese puntito entre inquietante y chistoso que se gastan. 
Escarbando en mi archivo de fotos encontré a estos dos hermanos que se pasean por Barcelona con unos guantes amarillos y una expresión de andar con la sesera en el ático, portando la enorme pancarta que os invito leer con atención.  

 
Jolines, Mateo, “cada vez te quiero más por lo bien que te explicas”, que decía, Eugenio, aquel cómico catalán que estuvo tan de moda entre los 80 y los 90.

Como soy muy peliculera, me imagino un Mesías de incógnito, de carne y hueso, como éste. Ni demasiado espectacular, ni anodino, con un toque místico.



 
Y llegados al Anticristo, después de consultar a Nietzsche y hojear la Biblia, he tenido una visión, o como decía Luther King:
"I have a dream"
He tenido un maravilloso sueño: que se cumpla la profecía de Mateo, que mis estrafalarios amigos anuncian a pancartazo limpio, y sea verdad que su fin, Señor Rajoy, y el de sus secuaces se avecina.
Por cierto, Señor Rajoy,  por mucho que se deje crecer el pelo, se haga el invisible, y vaya de incognito en carne y hueso, imitando al Mesías…, que ya le vale, se le ve el plumero y será difícil olvidar…
…qué ha hecho estos 15 meses que lleva desgobernando España.  Y como dijo también Mateo, que estaba sembrado, lo reconozco.
“Por sus frutos los conoceréis”
Por fin, ¡I believe!