-Está
bien, CobraFlor, te hago cosquillas, pero tienes que
ayudarme a conquistar a Ciclamen
rojo. Necesito poseerlo y, tal vez, zampármelo al acabar la cópula, que estoy
harta de machos verdes, y un poco de néctar fresco me iría de cine.
Mantis esnifa el elixir
de amor preparado por CobraFlor y se queda dormida. Al despertar, corre
hacia el agua remansada y contempla satisfecha el efecto del bebedizo.
-Ciclamen, amorcito, mira que cuerpo me he agenciado
solo para ti. Hazme tuya. Puedo ser lo que tú quieras: apasionada, carnal,
romántica, etérea… Pídeme la luna, y a por la luna voy.
Pero a Ciclamen, que es de gustos caseritos y no está para romances raros, le escama el ardor de la Mantis y huye despavorido.
Cuando comprende que la Mantis no se da por aludida, no le queda otra
que ahuyentarla a pistilazo limpio.
Y
así fue como la Mantis
regresó al amor seguro y sosainas de siempre; y a su dieta nupcial habitual.
Pese a lo que las malas
lenguas dicen, la Mantis no se come a todos sus pretendientes,
pero desde que la FAO acaba de nombrar proteína para
pobres a sus congéneres, ella
teme quedarse sin machos que llevarse a la boca, y sólo copula con final
salvaje.
Fotomontajes hechos reciclando fotos mías y de internet
No creo que llegue a comer insectos. Siempre he sido muy especial con la comida, pero el rato que he pasado haciendo estos fotomontajes pues me ha alimentado la neurona del divertimento, y eso sí que se lo debo a la genial idea de la FAO.
ResponderEliminarComo he oído decir por ahí, en plan muy castizo:
“Claro ellos se comen los chuletones y nosotros los bichos, qué morro”
Mi Mantis es ya como de la familia, y yo sería incapaz de comérmela.
Muchos besos, os voy visitando.
Ah, y si clicas en la foto se amplía.
Jajajaja, genial esta historia foto-montada :-)
ResponderEliminarMe encantó.
Por otro lado, me parece de una soberana estupidez de idea que para acabar con el hambre se coman insectos, yo propongo que el que lo ha propuesto coma hormigas y envíe toda su comida al tercer mundo.
Abrazos.
A esas plantas carnívoras les daría yo de comer...en vez de insectos, que los guardaría para el lumbreras, les daría carne picada, la carne picada de esos politicuchos que tanto nos están robando.
ResponderEliminarLos fotomontajes están muy logrados, y me gusta particularmente la CobraFlor. Una entrada muy buena y apropiada a los acontecimientos diarios.
Un beso
Pues parece que se está poniendo de moda comer insectos, el otro día vi un reportaje en TV: Cantina Machito (C/Torrijos - Junto Verdi Park- Barcelona). Hormigas negras gigantes, Chinches, Saltamontes, etc... En México están considerados como manjares deliciosos. Daría repelús probarlo, pero, ¡oye! ¿Quién sabe? No deja de ser un alimento natural...
ResponderEliminarPrecioso el vestido de petálos rojos de la Mantis, y flipante todo el reportaje en general!!!
Besos, Tesa.-
En la creatividad que tienen tus imágenes reside reside la alegría de leerte.
ResponderEliminarSon una maravilla al igual que el texto.
Me imagino todo lo que disfrutarás haciéndolas Tesa.
Nada como volver a ser niñas.
ResponderEliminarNo sé que jardines frecuentas para encontrarte esos especímenes. Re recomiendo un paseo por la bancada de escaños, allí podrías alimentar tu creatividad con especies singulares.
Ya sé... no son comestibles pero en el asador darían buen ambiente.
Son una delicia tus creaciones, lástima que nadie de la FAO veo esto.
· BPdMyN
· LMA · & · CR ·
Eres una artista, por favor qué ideas tienes y qué bien las plasmas!
ResponderEliminarNo sabes lo que me gusta venir, ¿sabes que repito visita porque me encantas?
Muakmuakmuak
Esos bichitos tuyos son monos, pero lo de comérmelos... aunque dicen que tienen muchos nutrientes y los indígenas se alimentan en un plis-plas, y luego a darse la buena vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay! qué gusto me da llegar y encontrar la frescura de tus posts, que no es fácil, y toda la creatividad de tus fotos y montajes!
ResponderEliminarUn beso grande
Pues sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Estos próceres no saben ya qué idear. El caso es no abrir la mano para que la alimentación llegue a toda la tierra. Con lo que por aquí tiramos...o tirábamos, porque la cosa está bien fea.
ResponderEliminarMe quedo con el arte y el humor con el que has dotado esta entrada. Porque si me pongo a pensar en un plato de insectos me entra una mala leche que...
Besos
Pero qué mantis bailarina tan chula...
ResponderEliminarla última foto con la falda de novia creo que se podría enviar a algunos que van a anillarse sin mucha emoción, porque toca, o porque si.
He comido termitas y otras lindezas, y ni tan mal. Supongo que, como casi siempre, se han descontextualizado las palabras del informe de la FAO...porque los que ya comían insectos lo seguirán haciendo, y los que no, pues no van a cambiar su dieta básica.
Abrazos
Una historia genial, por cierto, el Mantis era mi insecto preferido cuando era niño, recuerdo que en el pueblo en el que vivía se lo llamaba 'come-piolhos' (como piojos), porque las madres se lo ponían en la cabeza a los niños para que cumpliera esa función. Me hiciste recordar, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Querida Tesa, sacas historias guays de debajo de las piedras si hace falta.
ResponderEliminarPues no, no me veo comiendo insectos. No estoy preparado para eso, ¡qué asco! Aunque lo diga la FAO esa que está llena de chupasangres regordetes que se ponen ciegos de restaurantes gourmets.
Que conste que yo también estoy regordete pero no estoy en la nómina de la FAO.
Qué mala la mantis casadera, oye. Te quiero, te quiero pero lo que quiere es no pasar hambre la jodía. Te toca una de estas y vas apañao.
Un abrazo, súperTesa, de Mos desde la orilla de las palabras.
Oportuna y genial Tesa, así eres.
ResponderEliminarUn montaje divertido para hacer sacar sonrisas.
Te quedó de cine... insectos... no se...
Un gran abrazo
Jo!!!, cuando oí lo de los insectos no me lo podía creer, pensé que era una broma, o no sé, pero que no era real. Por otra parte me parece humillante que en culturas donde no se come ese tipo de 'alimento', lo ofrezcan como alternativa para matar el hambre, es algo lamentable y casi cruel.
ResponderEliminarEl montaje está genial, me encantan las imágenes, y esa vuelta más del texto como denuncia.
Un beso
SAMUEL: hola, sam, ¿qué tal vas?
ResponderEliminarCreo que por aquí no hay muchos partidarios de ese menú de bichitos, pero también la alimentación es cultural.
Por ejemplo: a los americanos les pone los pelos de punta que nos comamos los caracoles; y los conejos que para ellos es una mascota, ya ves.
Un abrazo, Sam.
Jajaja, súper-genial, y de una actualidad estupenda.
ResponderEliminarLos fotomontajes son de pelìcula, esperemos no tener que comer a tan simpàticos insectos, aunque en algunos paìses los escorpiones y las hormigas son platos gourmet...yo paso jaja!!
Besos muchos Tesa.
Hola, Tesa.
ResponderEliminarYo propongo un nuevo plato: “el picadillo”. Un condumio hecho a base de “criadillas” de politicastros. Pero no para los pobres hambrientos, no; sino exclusivamente para la clase política. Ah, y todo ellos dispensado con mucho “pienso” por aquello de lo que se come se cría. A ver si acaban “pensando”.
Me ha encantado este microcuento fotográfico. Hay que reconocer que tienes arte para contar historias visuales, Tesa. Las disfruto como una cría, jajajaja.
Un besazo.
Llegar a tu blog es prepararse para encontrar un derroche de creatividad y de alegria. Abordas un tema serio con picardia y hasta reproches pueden ir ahí escondidos. Me encanta ver lo que puedes hacer con las fotos. Ojalá algun dia aprenda, mientras... disfruto viniendo a tu página, que no sé porqué, no la tenia en mi lista de blog, pero hoy la pongo para estar más pendiente de tus actualizaciones. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarJa, ja, ja, me causa mucha gracia que la mantis ande poniéndose vegetariana mientras la FAO incita la entomofagia. De cualquier forma es de hacer notar que en sus andanzas se vio bien chula con sus falditas floripondias (la blanca es sublime, pero la roja, bueno la roja la pone dress to kill).
ResponderEliminarYo sólo una vez comí insectos (chapulín deshidratado), pero por despistada porque creí que eran charales (pececillos chiquitos de laguna), y sí sabían similares y con la tortilla y el guacamole pues ni cuenta me di que comía insecto, pero luego que supe me puse verde de pura sugestión. Supongo que la FAO tiene razón y es buena la dieta entomofágica, pero yo no tengo la costumbre aunque en México la dieta prehispánica contemplaba muchos insectos como suculencias culinarias, todavía en el México contemporáneo algunos comen escamoles (hueva de hormiga), chinicuiles (gusanos de maguey) y otras especies que no creo pudiera catar y menos digerir, como los jumiles (chinches del monte).
tremendos montajes... ¡que ingenio!
ResponderEliminarbiquiños,