Llegó a la mesa con dos gotas lluvia en la esfera del reloj, entre las nueve y el cuarto, y olor a Lavanda Inglesa.
Nuestras mesas estaban pegadas, pero él no sentía ninguna curiosidad vecinal. Esperó paciente a que retiraran el servicio anterior.
Miraba más allá del día nublado, del vaho de la puerta de entrada, de los grabados en las paredes que evocaban aventuras coloniales; de los espejos y las lámparas de bronce del Café.
A veces movía los labios como si rezará o le hiciera confidencias a su yo de ahora, más viejo, más solo o más ensimismado.
Por fin el camarero lo avistó. Un vaso de agua y un café.
Pagó con una moneda que dejó justo en el centro de la palma del camarero. Lo hizo repasando con los dedos los contornos del dinero y de la mano del empleado, que se dejaba hacer.
Antes de abandonar el Café, recorrí con un dedo, como haría un ciego, el mango de buena madera de su paraguas negro, comprobé en mi cámara la foto robada y me perdí entre la lluvia mansa y los turistas del Chiado.
Tuve que conformarme con el tiro de cámara escaso que tenía, ya que estaba sentado en diagonal a mí. En un espacio pequeño. Su mesa pegada a la nuestra.
ResponderEliminarOcurrió tal y como lo relato. Me hubiera gustado hablar con él, pero estaba ensimismado, literal, y me limité a observarlo y a robarle esta foto de un solo clic.
Lo que más me gusta de mis viajes por placer no son los monumentos o los paisajes que veo, sino lo que siento y experimento, que es intenso siempre. Ya que mis sentidos se agudizan al no tener que preocuparme de nada más.
Me chifla Lisboa, aunque ahora haya demasiados turista par ami gusto.
Ya me contáis. Os voy visitando. Mimaos y disfrutad de la vida que esto dura un suspiro.
Hola Tesa, hubiera sido muy interesante que lo abordaras con cualquier excusa, pudiera estar necesitado de dialogar con alguien. Las fotos son buenísimas, sobretodo la segunda.
ResponderEliminarUn abrazo de Espíritu sin Nombre.
Tesa Bravo te has largado con todo!!!! imágenes letras, pasión encanto ....dia de lluvia
ResponderEliminaren romances con mesas Brindis mujer bella!
tomate el helado que te dejo que se te va a derretir
Habana Lisboa asi andamos caminando desparejas
ResponderEliminarjajaja
Un interesante captar de sentires...quien sabe que pensamientos
ResponderEliminar, recuerdos e imágenes venía a su memoria...para luego rehacer algo perdido
o intentar plasmar algo nuevo...
y la lluvia que invita a reflexión
y un café que motiva mejores recuerdos vividos
como siempre momentos de vida sentidos.
Hola Tesa.. Que interesante y cautivador relato, de una cosa tan sencilla como lo es un vecino de mesa en un café, eres capaz de hacer un relato entre romántico y misterioso..
ResponderEliminarSabes porque, porque eso nos pasa en ocasiones, personas anónimas que se cruzan en nuestro camino, capaces de llamar nuestra atención, y a partir de ahí, formarnos un relato, la imaginación y los sueños es lo único que no está regulado por ley, es libre y vuela al infinito..
Au abrazo amiga..
Una buena novela.
ResponderEliminar
ResponderEliminar... ahí está. El sugerente principio de una historia, que espera, que grita ser contada.
Mientras, la foto...
Tesa! acá sin tiempo a mil revoluciones, "Yo la de último momento siempre"
ResponderEliminarNo puedo dejar de pasar por aquí...¡Puedes empezar la novela! Como bien alguien ya dijo
Genial historia, foto, TODO. Y Lisboa, que amo.
Amo su gente y esa paz que emana Portugal todo.
Así que un placer triple tu entrada de hoy. Más que nunca.
Me voy. Te debo comentarios en tus otros dos bellos blgos. Ya pasé. Ya leí. Pero comentaré en otro momento más relajado
Abrazo
Precioso todo, amiga... Espectacular como el texto nos lleva a la imagen... Quedo impresionado
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué coincidencia, Tesa, ahora estoy volviendo a Pessoa!
ResponderEliminarIncreíble tu foto robada, yo a veces pienso en robar fotos por ahí, aunque sea con la cámara del móvil, veo tantas fotos increíbles cada día, pero a veces prefiero que se queden en mi memoria en vez de intentar que sea inmortal, o de estropear el momento intentando retenerlo. Es complicado, pero a ti te sale naturalmente.
Ah, Lisboa es casi como si la conociera gracias a Pessoa, ¿habrá alguna época del año con menos turistas? Estoy con ganas de viajar, pensé en Japón, pero Lisboa, para alguien tan poco viajero como yo...
Un abrazo
Sam
Mi última visita a Lisboa, el encuentro con el café a brasileira, sus calles empinadas, su deusa do mar en el atlántico, me embriagó, fráncamente.
ResponderEliminarPor eso no son de extrañar esos sentimientos, esos vapores casi atardecidos, llenos de vaho, entre cafés, literaturas y paraguas adoquinados.
Ya te comente una vez. Me gustan tus prosas, tanto o más que tus fotografías.
Boa semanha...
De tu relato de hoy, me ha agradado sobremanera, ese aroma de romanticismo y de buen café portugués, que rezuman del mismo.
ResponderEliminarMuy, muy bonita entrada. Gracias.
Un abrazo.
·.
ResponderEliminarQue buen doble retrato has realizado, el fotográfico y el texto, esas palabras que fluyen suavemente y nos introducen en la saudade.
Genial Tesa
BPdMyN
.·
LMA · & · CR
Un relato signo de ...continuará...
ResponderEliminarHas montado una estupenda historia texto-imágenes...Eres tan habilidosa para las palabras como para las imágenes
Un gran abrazo
Un viaje de sensaciones, como los míos.
ResponderEliminarY es increíble la de cosas que se ven cuando se sabe (o se puede) mirar-sentir-oler ¿verdad?...
Hasta aquí me ha llegado el aroma del café :)
Buenos recuerdos de Lisboa y su Café, me has evocado.
Un beso, viajera. Y una sonrisa :)
Ps. Me chifla la última foto.
Tesa, me fascina ese modo de contar tuyo y esas fotos robadas con una historia detrás. Has creado un momento mágico que he podido sentir muy de cerca. Y lo has logrado con ese arte tuyo de jugar con las letras a componer una magnífica prosa poética llena de vida. Ahí está el arte, no cabe duda.
ResponderEliminarTe felicito y te envío un caluroso abrazo por todo lo que me aportas y aprendo de ti.
S:
ResponderEliminarHola, Sam, me encanta Pessoa, y éste era su café, precisamente, hay una estatua de bronce sentado a la mesa en la terraza exterior, donde todos los turistas, incluida yo, nos hacemos una foto.
En cuanto a los turistas, ahora ya no hay fechas de bajón, pero claro en los meses de agosto y julio hay muchos más.
Te recomiendo Lisboa, te va a encantar, Sam. Es romántica, ensimismada como mi personaje, preciosa... Tomas el tranvía nº 28 y ya es toda una experiencia un montón de kilómetros, creo que 10 por la Lisboa antigua y la más chic y contemporánea.
Un abrazo, San. Mímate.
¡Qué poética entrada!, y qué intenso es mirar verdaderamente al otro, mirarlo desde el sentimiento de que nuestro encuentro nos enriquece tanto cuando siendo aquel extraño lo reconocemos y pasa a formar una parte de nuestra vida con su silente conversación.
ResponderEliminarTus fotografías son elocuentes. Un abrazo grande, Tesa.
Perspicaz y observadora. ¡Tesa al natural!
ResponderEliminarFuerte abrazo amiga.
SILVIA TERESA:
ResponderEliminarQuerida, Silvia, a mí de verdad me chifla observar a los demás, ponerme en su lugar e imaginar historias, quizá por eso no comparto ni entiendo esa pulsión por los teléfonos móviles que me harían perderme estos encuentros que forman ya parte de mí
Cuando he vuelto a Lisboa, tanto si voy a este café como si no, me viene a la memoria este hombre ensimismado con olor a lluvia.
Un abrazo
ERNESTO:
ResponderEliminarTe echaba de menos, Ernesto, creo que tú podrías ser este hombre cuando seas muy viejo y todavía más sabio.
Voy a ver si has publicado.
Muchos besos y sigue mimándote.
jajajajajjajaa...
ResponderEliminar¡Habrá que esperar por lo primero! ¡De lo segundo creo que ya voy "servido"...!
Besos amiga. Andaré por Madrid una vez al mes. Ya quedaremos a tomar café.
Ernesto:
ResponderEliminarMe encantará conocerte en "persona, personalmente", Ernesto.
Ya me cuentas. Un beso,
Hasta en las cosas más simples y hechos cotidianos hay hermosura, ternura, y buenas fotos.
ResponderEliminarSaludos querida.
me enamoré! del señor y de tu relato!
ResponderEliminar