En mi corazón vive un lobo que sueña, en mi cabeza se agitan pensamientos díscolos

Niño: ¿A ti también te han domesticado?
Perro: Sí, aunque en mi corazón vive un lobo que sueña. Trata de dejar algo en el tuyo para los días grises.
Niño: Vale, colega, me lo apunto.
Perro (pensamiento): Le dejaré ganar. ¡Se pone tan contento!
Es sólo una botella con un poco de arena para que se mantenga a flote, pero él lo celebra como si fuese una suculenta presa en un día de hambre canina. Me enternece.

Cuando la cebra subió a bordo del Arca de Noé, cayeron las primeras gotas del Diluvio Universal.

El mono le pidió al faisán una pluma y tinta al calamar. Dibujó la letra que faltaba, pues Noé con las prisas había escrito ACA sin R. Y las hienas se reían sin parar.

Perro: ¿Por qué  espero con ansía su regreso, lo adoro, consiento que me obligue a comer bolitas secas, a vivir en un mini piso, a aburrirme en un balcón tan pequeño que tengo que dejar mi culo dentro?
Tesa: ¿Tal vez, porque estás domesticado?

“Alan estuvo aquí” escribió antes de perder la cabeza.
Sus pensamientos escaparon in extremis por el ombligo. Uno de ellos se subió a mi hombro y me susurró: “Añoro el caos de Alan, yo era su pensamiento díscolo"
He invitado al pensamiento díscolo a alojarse con los míos, que andan un poco mustios… a ver si se animan, que ya es Primavera.
Tesa: Dicen que los perros acaban por parecerse a sus dueños…
...Pero ¿no es inquietante que los adornos de las fuentes se parezcan a los turistas que reposan a su lado?
Doy fe que no son los modelos, la fuente hace muchos años que está ahí.
Pensamiento díscolo: ¿Ves como ha sido una buena idea adoptarme?

Si sabes volar, no vivas como un gusano

Decía el filósofo inglés Stuart Mill que...
...“Las leyes no mejorarían nunca si no existieran numerosas personas cuyos sentimientos morales son mejores que las leyes existentes”

Señor Wert, ministro de ¿Cultura?, nuestros sentimientos son mejores que sus leyes. Señoras y señores del Partido Popular, con su incompetencia, están agotando nuestra paciencia y buen humor.
Ya sabemos que nos quieren incultos, sumisos e insensibles, para que  les resulte fácil ponernos las cadenas, pero tengo una mala noticia para ustedes.
    No lo van a conseguir

Somos un pueblo creativo, alegre, pacífico, pero también valiente, cabreado y cabezota.
Dejen de tocarnos las gónadas.

Necesitamos la música, el cine, la literatura, la poesía, el teatro… porque sospechamos que, como decía el poeta alemán Heine,
“…Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres”
Y ustedes en dos años de "gobierno" están dejando España como un erial.

El 9 de marzo, miles de personas de todas las edades, salimos a la calle en Madrid para recordar a los políticos que “La Cultura es de Todos”
 Estuvimos allí y fue emocionante y esperanzador.
Sabemos que la Cultura, el Arte, nos dan alas...
 

...Así que no creerán señoras y señores del Partido Popular que vamos a ser tan idiotas de poder volar y conformarnos con vivir a ras del suelo.

Lágrimas en la lluvia




Mi homenaje visual a Blade Runner, y a Roy Batty, el replicante más melancólico, furioso, poético y guapo de la historia del cine.
Es más, me encantaría que la única ceremonia que se hiciese a mi muerte fuera proyectar la escena de la película donde Roy conversa bajo la lluvia con su perseguidor antes de morir:
 
“Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo.”

‘Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.’
Roy Batty (Rutger Hauer)


No mueren aterrorizados por las pelotas de goma, es que nadan como niños


Varios grupos de subsaharianos se lanzan al agua con la intención de cubrir a nado unos 100 metros, la distancia entre la miseria conocida y el sueño de una vida digna en algún lugar de Europa.
Desde Ceuta, la Guardia Civil dispara pelotas de goma para disuadirlos.
Los emigrantes no saben si les están disparando con pelotas de goma o con balas de verdad. Se asustan y quince emigrantes mueren ahogados. Una patrullera cerca no hace nada para rescatarlos.

“No mueren aterrorizados por los disparos, se ahogan solos” dice sin inmutarse el presunto periodista, Alfonso Merlos, y precisa que es que nadan como niños de año y medio, y claro así les va…

Ya le vale, señor Merlos, no es usted más tonto porque no entrena.
No sé cómo no se le ha ocurrido que podrían venir en un Crucero en vez de amontonarse en lanchas precarias o de juguete. O tomar clases con David Meca, campeón del Mundo de Natación en Aguas Abiertas.
Apago la tele. Y para conjurar el horror y vergüenza que me produce tanta estupidez, crueldad y deshumanización me pongo a hacer un fotomontaje.

Y esto es lo que salió de un tirón.
Ah, los dibujos no son influencia de Merlos, dibujo así, como los niños, y así me va.

Matar el tiempo, encontrarse a solas con uno mismo o mi añoranza del mar

El filósofo Schopenhauer decía que vivir es lo que ocupa a todos los seres humanos, yo diría sobrevivir, pero que cuando los medios de vida están asegurados no sabemos qué hacer con el tiempo y nos aburrimos.

Así que el siguiente paso que mueve al hombre es escapar de ese aburrimiento. Y “matar el tiempo” se convierte en su objetivo principal.

Pues que quieres que te diga, Schopenhauer, que conmigo has tocado hueso.

Nunca me aburro. Ni siquiera cuando estoy en algún evento por cortesía, por amor o por lo que sea, al que no iría si pudiera elegir.
Siempre encuentro el modo de pasarlo bien, “material literario” lo llamo yo. O ser creativo y jugar con lo que uno tiene a mano.

 
Disfruto del silencio... y de la soledad tal vez porque puedo poblarla cuando quiera. Y lo que más me gusta es no tener nada apuntado en la agenda, y poder ir a mi aire, “sin horarios ni fecha en el calendario”

Parece ser que muchos filósofos creen que tratamos de llenar ese tiempo para no encontrarnos a solas con nosotros mismos.
 
En mi caso, como decía Montaigne:
“Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero”

Cuando me encuentro a solas conmigo misma, me lo tomo con mucho humor, ternura y condescendencia.
 
“Nadie es perfecto”, me digo rememorando el final de la película “Con faldas y a lo loco”, cuando el personaje que interpreta Toni Curtis desvela a su enamorado que es un hombre disfrazado de mujer estupenda.

Siempre me falta tiempo para jugar, para leer, ver pelis, charlar con la gente que quiero, pensar, vagabundear con la cámara de fotos… así que ni se me ocurre “matar mi tiempo”.


Mi tiempo tiene alas, se encoge, vuela, navega, se me escapa entre los dedos y ni siquiera consigo engatusarlo con mi poca afición a gastarlo durmiendo, así que si a alguien le sobra tiempo para “matar” o para aburrirse que me lo regale. Me haría un inmenso favor.

No soy de las que me aburro, pero sí de las que alucino cuando creo que el mar ha llegado a Madrid, y trepa por las fachadas en construcción o se derrama por el asfalto para aliviar mi añoranza.

Mi imaginación coloca el horizonte a la altura de mis anhelos. Y en vez de “matar el tiempo” lo busco, lo habito y lo disfruto.

Arte Doméstico Intervenido o como divertirse en tiempos de crisis

 
Para practicar Arte Doméstico no se necesitan ni grandes dotes artísticas ni un equipo carísimo ni siquiera un gran esfuerzo. Sólo ganas de jugar. 
 
Materiales que voy a utilizar: Libros de Arte y Fotografía, las muñecas pelonas que compré en un mercadillo, mi cámara de fotos, y la luz que entra por la ventana.
Daniel Masclet, Quai d’Orléans, 1950
No hay truco, coloco a la muñeca encima de la obra y cuando encuentro la pose de intervención hago clic.
 
Una simple foto, sin fotomontajes, aunque luego utilizo el retoque para algún detalle y para afinar la escena.
 

Bodegón Metafísico de Carlo D. Carro, intervenido
Un metafísico afirmaría que lo que rezuma por la nariz está “más allá de la naturaleza o más allá de lo material y lo físico”.
 

Bodegón besugos y naranjas de Luis Egido Meléndez, intervenido
La sirena cubre su desnudez con las escamas del besugo aullador. El otro besugo la acoge en su lomo y ella amorosa musita en sus branquias palabras de amor sencillas y tiernas. 


La tienda del carnicero de Annibalie Carraci, intervenido

A la muñeca pelona se le rompe el corazón ante tanto animalillo abierto en canal y se hace vegana.


Dalí, Paul Facchetti
Dalí nos propone esta performance… Y nos vamos a París
Janine Niepce, camarero de un café, 1957
Desayunamos en uno de sus elegantes cafés… 
 
Peter Turnley, metro Saint-Placide, 1980
 
Viajamos en metro…

Martine Franck, exposición de arte belga en el Grand Palais, 1972
Nos vamos de Museos…
 
Helmut Newton, Rue Aubriot,1975
… nos dejamos seducir por la noche parisina más chic y canalla o…
Louis Armstrog en su camerino en el Latin Casino, Filadelfia, 1959
…volamos hasta Filadelfia para relajarnos detrás de las bambalinas con el gran maestro del jazz. No hay límites, sólo hay que dejarse llevar.  
Cartier-Bresson
Demostrado: podemos divertirnos con la cámara aunque no tengamos un estudio o un gran equipo fotográfico, ni tampoco dinero para viajar, llueva a mares, haga frío o mucho calor y no nos apetezca salir por ahí a pasear o a mirar obras.
  
Ya sabes, si estás en crisis, no te deprimas, sé creativo.

Caperucita Roja. Cuentos locos para niños grandes

Erase una vez un Lobo…
…un Lobo que ya no se disfraza de abuelita ni se camufla entre pieles de cordero. Ni mete la patita en harina para engañar a los siete cabritos. No. El Lobo de este cuento es un gigoló que hace temblar la tarjeta de crédito de la abuelita cada vez que sale de compras, porque es una Fashion victim.
Pero, qué caray, la abuela ya no usa camisones de franela ni gorritos con volantes para dormir y se pasa el cuento aullando y cantando:
Hola mi amor, eres mi lobo
quiero bailar contigo un lindo rock & roll…
Hola mi amor, eres mi lobo
Quiero tenerte cerca para oírte mejor…
…Ya solo quiero una noche sin final
En la que ambos nos podamos devorar…*
Ilustración de Doré, que he coloreado
Y aunque en los cuentos modernos el Lobo no se come nada para no traumatizar a los niños; entre nosotros, que somos niños grandes, lo que le ocurre al Lobo es que sigue obsesionado con Caperucita.
-¿Caperucita, quieres que cabalguemos por el camino más corto hasta llegar al clímax más largo…  ¿Quieres descubrir para qué sirve una boca tan grande… y qué artilugios de placer llevo en mi bolso de firma?
-Ni lo sueñes, chalado. Aunque te vistas de seda, Lobo te quedas. Si mi único destino es comer perdices con un personaje de cuento, me pido a Corto Maltés.
-Va de retro, Satanás-exclama el Lobo desesperanzado.
 -No puedes meterte en mi cuento, larguirucho. Ella es mía, sólo mía.
-Lo siento, Lobo. No es nada personal. Pero mírate, colega, ¿cómo vas a enamorar a Caperucita, que además es roja, toda pasión, con esas pintas y tus ridículos disfraces?
Y el lobo se echa a llorar, porque en los cuentos modernos ser lobo es una caca. Los niños no se asustan, las abuelas no sólo se mantienen en forma, sino que te mantienen con su pensión y...
...las Caperucitas no se dejan engañar y eligen con quien quieren ser felices y comer perdices.
Y colorín colorado, este cuento loco para niños grandes se ha acabado.


*Fragmento de la canción "Hola, mi amor, soy yo tu lobo", de la Orquesta Mondragón.

¿Qué miran los hombres del saco?

 
Buscan el Paraíso que no está en el asfalto por el que corren de un lado para otro con sus sacos al hombro.
Miran la batalla que no entienden, y en las treguas exponen sus mercancías como si fueran sueños entibiándose al sol.

 
Miran buscando la esperanza que vuela en una cometa de papel con hilo corto, pero ellos creen en el viento que la pondrá a su alcance. Aunque no saben el momento ni el lugar, por eso miran.
 
Miran al Sur donde dejaron madres llorosas, abrazos, amigos, canciones y recuerdos pegados a esa tierra de la que huyen y a la que sueñan regresar.
…Pero no miran hacia atrás añorando el pasado, sino que miden la distancia recorrida hasta conseguir un saco con el que subsistir. 

Miran sin miedo, porque ellos saben que se puede vivir hasta sin amor, pero no sin esperanza.
Esperanza que trasportan en esos sacos con los que recorren de un lado a otro la ciudad.

Un brindis por 2014


-Hala, Dientes, brindemos y no me preguntes por qué ¿vale?
-¿Por nuestra amistad, MadMax?

-Venga, Dientes, no te pongas babosito sentimental, y brindemos de una vez.

 -Mírala ella, leyendo sus revista del corazón y yo más aburrida que un monje cisterciense.
 -Mi ama, hay una señora muy rara con una cámara de fotos que me ha guiñado un ojo.
-Calla, Lupita, que luego me dicen que estoy chocha por hablar con los perros. Ay, suerte que una cervecita fresca al sol de invierno reconforta a una momia.
-Ni que lo diga, señora, aunque con mi mísera pensión, me conformo con una birra de lata mientras paseo. Ocio y ejercicio en un pack para pobres.


 -Claro que somos unas señoras normales el resto del año, pero ya sabes el lema de la ciudad de Madrid: “Sólo pasa en Navidad”.

Dice un proverbio japonés que “es mejor viajar lleno de esperanza que llegar.  Y como me ha subrayado mi niño amarillo, Albert Camus dixit:
Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.
Así que, empecemos a hacer algo para que este año de estreno sea de verdad un ¡Feliz año Nuevo!, os lo deseo de corazón.