-Ay, qué rollo mi vida,
cuantas cosas haría, si yo fuera rico…
¡Que cansino!
Sé
agua, criaturita, y adáptate a tu recipiente, o sea, a tus circunstancias, y
móntate tu propia aventura.
¿Qué
no sabes cómo? Te cuento una de las mías, castiza y low cost.
***
Para
estimularme, consulto la Guía de Vías Verdes que custodia el bueno del
Dientes. Caigo en la cuenta de que ni tengo coche para llegar hasta ellas ni dinero
sobrante para alquilar uno. Ni tanto tiempo libre para seguir cualquiera de las
rutas.
¿Me
deprimo? Noooo. Me abrigo, calzado cómodo, cámara de fotos y guantes con los
dedos cortados para facilitar el clic.
Callejeo
algo más de media hora, hasta llegar al mercado de San Miguel. El edificio es
de cristal y hierro, una maravilla, y está siempre muy animado.
Te
puede parecer una locura, pero aquellas sardinas se cruzaron en mi camino.
No
soy una desalmada para ignorar su mirada de angustia. Tampoco una experta en
lenguaje corporal, pero tengo un radar para detectar el desasosiego. Y la señal
de desasosiego en aquella barrica era más potente que la cobertura de mi
celular.
Aja,
ahí estaba el intruso, provocando a mis amigas arencadas
-
Os van a retirar del mercado,
sardinas oxidadas, que estáis más pasadas de moda que el miriñaque, y ahora lo que se lleva es un seguro servidor…
Mira, el bocata de calamares cometió
el peor error de su existencia, se puso a cantar zarzuela, contoneándose
por el borde de la barrica…
Pichi es el chulo que
castiga
Del Portillo a la Arganzuela,
Porque no hay una chicuela…
Del Portillo a la Arganzuela,
Porque no hay una chicuela…
Que
me perdonen mis paisanos, pero no soporto la zarzuela, así que lo agarré sin
miramientos con las dos manos.
Los
calamares chillaban, el pan se desmigaba pidiendo clemencia, el aceite me
chorreaba por las muñecas. Iba a pisotearlo con mis botas del 41, pero una
vocecita en mi interior, que venía de muy antiguo, me lo impidió:
-La
comida no se tira, tira, tira, tiraaaa…
…que no quiera ser
amiga de un seguro servidor- seguía
dando la barrila el bocata entre estertores.
-¡Que
te calles! o no respondo.
Era
hora de volver a casa, pero ¿qué es una aventura sin héroe? Y a él lo encontré
en la calle.
Y
así fue como Spiderman probó el bocata de calamares por primera vez, mis amigas
las sardinas siguieron siendo la tapa favorita del puesto del mercado y yo me
volví a casa con esta aventura en mi memoria que alegrará mis días más sosainas...
y espero que el tuyo hoy.
Y
lo mejor, no me costó ni un euro.
¿Qué tal os va?
ResponderEliminarSí ya sé que hay que estar un poco chiflada para no sucumbir a la grisura que nos rodea, pero compensa un montón aflojarse un tornillo.
¿Que seria de mí sin mi chaladura?
No digáis que no tenían una carita angustiada las sardinas, aunque la del medio intentó sonreír para la foto con su agalla oxidada.
Muchas gracias, por pasar por este Almacén y parar un ratito.
Dejo besos para que cada uno se sirva a su gusto.
el mercado de San Miguel es fascinante, cuando lo conocí, hace un par de años o tres como mucho, me encantó.
ResponderEliminarlos pescados, en general, todos tienen carita de angustia ¿y cómo no tenerla?... ay, dan ganas de hacerse vegano.
esos calamares tienen una pinta!, y seguro que estaban "duliciosos".
biquiños,
a esos calamares en rodajas y fritos por aquí los llamamos rabas. y siempre es más fácil comerse a un animal que no nos mira desde el plato! me dejo engañar facilmente.
ResponderEliminarDi que si Tesa, que no hay nada como saber tenEr plan B.
ResponderEliminarCuando he visto las arencada he recordado mi infancia, me las comía con pan con tomate...es que ya de pequeñina solo me gustaba lo salado...rarura que soy...
El bocata de calamares tiene buena pinta, nos s e si el hombre araña lo sabrá digerir jajajaj
Besos
¡Qué bien te lo pasas, Tesa!
ResponderEliminarSi es que no hay nada como la imaginación, y montarnos nuestras propias películas.
Lo malo es que es la hora de la comida y me ha entrado pelín de hambre...
Un abrazo, sonriente.
Ni rutas verdes ni leches, Tesa. Has hecho una ruta urbana de lo más castiza y low cost total.
ResponderEliminarEl mercado de San Miguel es una maravilla pero a mí las sardinas arenques nunca me gustaron. Recuerdo que mi padre las compraba y decían que era un manjar pero a mí me olían que me echaba "patrás". Lo del bocata de calamares "made in Madrid" es de un chulo rechulo. Verás tú como el Spiderman deja de ser hombre-araña y se hace chulapo de la Plaza Mayor pero sin zarzuela que para mí también es un género chico pero muy chico. (I´m sorry)
Me voy a por una infusión calentita que tengo frío.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
ResponderEliminar· Harás famosa la Ruta de San Miguel. Todo el mundo buscará a ese Spiderman para que le invite a calamares.
· Por mi parte, ponme una de arenque aplastadas entre papel de estraza con la bisagra de una puerta. Chorrillo de aceite y ... zas.
. Me alegro del ahorro del euro. El gobierno estará contenta contigo. Llévalo a Bankia.
· BPdMyN
· CR · & · LMA ·
¡Qué bueno...! Pues nunca había reparado en que e verdad eo de que la ardinasss "de bota" tienen ojosss de suto (perdona, e que no me va la sss de mi ordenador y olo comento ahora a peronass inteligentes y que todo lo entienden)
ResponderEliminarE el cao que mi madre la preparaba limpiándola muy bien de ecama y epina y no la ponía en el pan caliente que ella amasaba con aceite puro de esssstraperlo. ¡¡Qué delicia...! Ademá, eo pedía agua y mis hermanos y yo tardábamos ma en tener hambre, que era pot -guerra y loss calamare junto con otra vianda eran un lujo.
¡Qué maetra ere con ea compoición del upermán y lo calamare...!
Beossssssssssss, Tea (y perdona, que no trato de cambiar tu nombre)
Carmen abater.
Esto le pasa a los calamares por bocazas, jajajaja...
ResponderEliminarTesa, no sabes lo que me encanta tu "chifladura"...anda pégamela como si de un resfriado se tratara!
Un besote!
Siempre me haces sonreír Tesa ... será que por eso me encanta verte y visitarte ?????????
ResponderEliminarT'estimo wapa
Este bocadillo de calamares me trae loca!!!!!!!!!
Un besazo con abrazos
Pocas como tú para despertar al personal cada vez que te lee, además de regresar para ver con qué nos sorprendes hoy. Un bocata de calamares es un manjar exquisito para disfrutar por Madrid o cualquier ciudad jajaja
ResponderEliminarPS: he hablado con la jefa de estudios sobre las amigas de Las Cuerdas y me ha comentado que espere un poco, por tanto las chicas serán para uso personal, no público :))
Cebado el Peter Parker de calamares castizos, ¿no?
ResponderEliminarA mí también me gustan siempre que no chorreen aceite en exceso, y preferiblemente liberados del bocata. Los arenques están muy ricos envueltos en papel de plata y soasados en un fogón de cocina, aunque ahora que lo dices hace siglos que no me como uno...
* El Dr. Octupus, enemigo del hombre araña, dice que a ver si le dedicas una flipada de las tuyas a los pulpos...
Saludets.-
Bocata de calamares... sardinas...
ResponderEliminartoda una heroína "alocada" en estes munro grís que nos rodea. Gracias heroína, por hacerlo de colores.
petonets
b.
SAMUEL: soy madrileña y nunca he probado un bocata de calamares, reconozco que tengo un sistema disgestivo de pitiminí, pero a ver si me atrevo algún día de estos.
ResponderEliminar¿Qué sería de nosotros sin el humor, eh?
Un abrazo, Sam
Un mercado con ese nombre "San Miguel" no puede depararnos algo inferior al verdadero alimento.
ResponderEliminarEstupenda entrada Tesa.
Besos.
Gracias Tesa por cambiarnos el gris a los que no nos terminamos de adaptar a nuestro recipiente. Me gustó el viaje que nos ofreciste y más ver al spiderman tan rechoncho, así de paso le quitas el complejo a quienes queremos empezar el año comiendo poco.
ResponderEliminarBuena ruta Tesa, eres increible,me encanta como haces la historia,un abrazo.J.R.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento y la manera de transportarlo por medio de esas cuatro fotos.
ResponderEliminarMe he reído y he recordado tu voz en el Foto Fòrum cuando nos explicabas como y/o por qué habías hecho la foto.
Hasta me he mirado en el Google Maps donde estaba ubicado el mercado y no estaba demasiado lejos (a tres paradas de metro) de la casa de mi infancia en C/ Galileo.
Gracias por hacerme pasar un muy buen rato y provocar buenos recuerdos.