Hace dos meses que la
abandonaron en el lago de la Estación. Ella se siente la más torpe del lugar y
le cuesta seguir el ritmo y las
costumbres de sus colegas.
Avioncito apareció en
el estanque de improviso. Las tortugas más grandes lo ignoraron y el resto
miraban con recelo a ese extraño ser con una línea de flotación tan precaria.
La pequeña tortuga y Avioncito se hicieron inseparables. Y a
Margarita le crecieron alas en el corazón.
Alguien decidió
separarlos, de eso hace ya tiempo, y Margarita nada sola y relajada, imaginando
que Avioncito anda por ahí arriba de aventurero volador y pronto regresara para
contárselo.
A mí me ocurre como a
Margarita me atraen sin remedio las personas “peligrosas”. Esas que le ponen
alas a la imaginación.
Hola, amigos y bloguers, he estado algo alejada de la blogosfera estos dias, pero ya todo en orden me conecto de nuevo con este cuento real como la vida misma de tortugas y avioncitos de peluche.
ResponderEliminarDesde mi casa veo los tejados de la Estación, la tengo a dos minutos del portal de casa, así que de vez en cuando me voy con la cámara a dar una vuelta.
El día que fotografié a Margarita y Avioncito tan amorosos, ya imaginé que de ahí iba a salir una historia, por ejemplo, ésta que os cuento.
Gracias por parar un rato por este Almacén loco. Me pongo al día y os visito en breve.
Muchos besos, mimaos, y no os toméis demasiado en serio que esto dura un suspiro.
Pero que historia más bella mi querida Tesa!
ResponderEliminarDesborda ternura, buenos sentimientos, imaginación suprema... Y fantasía que puede conectarnos con la realidad misma de los sentimientos, con el temor a soñar...¡y volar! Sentimientos que, a veces, son considerados vanos, o "cosas de niños" y son ocultados detrás de diversas fachadas.
Te quiero Tesa y adhiero al "juntarse con personas peligrosas"
Un abrazo, me voy porque, otra vez, estoy siendo perseguida por el tic tac del reloj.
Hola Tesa.. Yo cuando campaba por los mandriles, acostumbraba a hospedarme creo que era el hotel Mediodía, ese que parece un poco antigualla que esta tocando a la Plaza Emperador Carlos, debajo tiene un bar que hacen unos bocatas de calamares que flipas..
ResponderEliminarBueno que vamos ha hacer de Margarita, con ese nombre tan bonito que tiene, pero mira que hacerse amiga de un Lufthansa, bueno también es cierto que tiene buen gusto, peor seria que se hubiera enamorado de un Vueling..
Bien yo a margarita la llevaría al Retiro que esta cerca, que allí seguro que encuentra novios mas guapos..
Un abrazo...
Un cuento muy bonito que narra la aglomeración de tortuguitas que habitan en ese insolubre estanque. Cúando se casan de tenerlas en casa se deshacen de ellas.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
¡Ay! Tesa mía.
ResponderEliminar¡¡¡¡Que tienes tiempo pa tó!!!!!!!
Qué maravilla.
Y vuelas y te vas por los caminos del aire, adónde, adónde.
Mientras el avioncito vuela y le hace la corte a Margarita jugando a cabriolas.
Un beso.
Me alegro mucho.
Menos mal que andabas cerca para dar testimonio de esa historia de amor... De ellas está el mundo lleno! :)
ResponderEliminarAbrazos, Tesa.
Me encantó tu cuento, derrocha sensibilidad.
ResponderEliminarpor aquí las tortugas se llaman, inexorablemente, Manuelita, por una canción de María Elena Walsh. Después de unos días en los que hubiera estado con gusto en un estanque como el de tu tortuga hace un rato llegó el viento sur, que por estos lugares nos trae fresco y de repente la vida volvió a ser posible. Esta noche, gracias al viento sur, soy feliz.
ResponderEliminarPodría retomar en parte una idea de Oliverio Girondo sobre aquél poema de "No sé, me importa un pito que las mujeres", igual yo me iría por esa dirección y diría que no me importa que las personas se sientan torpes y les cueste seguir el ritmo como a Margarita, lo que no perdono es que no sepan volar.
ResponderEliminarEstas historias siempre resultan agradables.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu visita.
WASTEDCHERRY: Ay, Silvia me encantó la peli "El lado oscuro del corazón" con los poemas de Girondo, Benedetti...
ResponderEliminarY estoy totalmente de acuerdo no hay nada comparable a saber volar.
Si juntamos ese poema con el final de "Con faldas y a lo loco" ya tenemos parte de los ingredientes para ser felices.
"Nadie es perfecto", pero ah, si sabe volar...
Un abrazo,
Mucha paz en tu blog
ResponderEliminarMucha magia
un abrazo
En ese viajar seguro van los pensamientos de la tortuga enamorada...en todas partes hay gotas de magia que un ojo sabio y una imaginacion vivaz puede hilvanar una bella historia...
ResponderEliminarBesos.
Si te pones alas voladoras, todo es más fácil, el mundo tiene un brillo especial...la suerte de pasar por aquí es que aunque no encuentres las alas tu nos proporcionas la ilusión
ResponderEliminarAbrazos
Bendita imaginación la tuya, has escrito una preciosa historia con tan solo mirar al estanque.
ResponderEliminarHay quien mira y no logra ver nada. Felicitaciones.
Cariños en el corazón.
kasioles
Que hermosura de historia (de cuento) La frescura con la que cuentas tus relatos me hace regresar aquí en cuento tengo un ratito.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantan las tortugas :)) Y las personas que, como tú,le ponen alas a la imaginación. :)
ResponderEliminarLos aviones no tanto... salvo si son de papel o si se parecen a un pez.
Y me encanta este cuentecito tuyo, "persona peligrosa" :)
Un abrazo de sierra nevada :)
UNA CREACIÓN BONITA.
ResponderEliminarABRAZOS
Gracias por el ajo picadito y la pimienta, nunca lo echo en la escalivada, pero sí aliño la ensalada de pimientos asados con lo que me has dicho más perejil, aceite y un poquito de vinagre.
ResponderEliminarEs bueno enriquecerse con el intercambio de ideas.
Cariños.
kasioles
Que bonito lo has contado, querida, Tesa. Con esa calidez tuya que me fascina. Me uno a ti en lo de los gustos. También a mi me gustan las personas peligrosas...jejeje.
ResponderEliminarBesos.
Pequeños seres, pequeñas cosas, que nos confirman que la vida, a pesar de todo, es bella...
ResponderEliminarImaginación no te falta... no. Cuando estuve allí y vi esas tortugas les hice unas fotos, por vicio, ya sabes, pero no se me ocurrió nada, ni siquiera que estuviesen allí esperando el expreso a Barcelona, por ejemplo.
En fin, tampoco me hubiera servido de mucho, que yo no soy fotomontador y el listón anda puesto por las nubes.
BPdMyN
· LMA · & · CR ·
Precioso cuento.
ResponderEliminarSaludos.
ÑOCO:
ResponderEliminarSeguro que tus fotos eran divinas y más perfectas. Las mías, ya sabes, a un clic en automático, intentando captar algo que me divierta o me enternezca.
Fue una suerte ver a Margarita con Avioncito tan acaramelados. Ellos fueron mi inspiración.
Solo fotomonté a Avioncito sobrevolando la Estación, conseguir "esa foto" ya era un milagro, y los milagros y yo no nos llevamos bien.
Un beso,
Le contaré el cuento a mis nietos.... pero cambiándole el final. En mi versión, la tortuguita se sube al avión y este la lleva hasta California, su lugar de origen, donde vive feliz entre manglares y contando su experiencia en una estación de tren de un país muy lejano, donde una amiga le dedicó un cuento :) Beso, Tesa.
ResponderEliminar¡Qué bonito, Tesa!
ResponderEliminarSi no fuera por estos milagros la vida sería mucho más pequeña.
Gracias a ti, es mucho más grande y alegre, incluso en su melancolía.
Un abrazo.
Samuel
P.S. He remodelado el blog, ahora más simple.
SAMUEL:
ResponderEliminarHola de nuevo, Sam, a veces no podemos desembarzarnos de la melancolía, pero sí podemos sacudirnos la tristeza con esas pequeñas cosas que la vida nos regala si miramos con el corazón.
Cuando predomina el gris, me pongo medias rojas y saco a pasear a mi sonrisa.
Ahora ya no tengo excusa con tu nuevo blog, Sam, tan ordenado, a ver si, además de ver tantas películas como veo, aprendo tanto de cine como tú.
Ayer saqué del videoclub, oh sí, soy de videoclub todavía, una peli inglesa "Wonderland" de Michael Winterbottom, de 1999, que creo que te gustará.
Al final hay un puntito de experanza en la vida de esos personajes perdidos que Winterbottom retrata magistralmente.
Y qué buenos son los actores ingleses.
Un abrazo, Sam
¡Que ternura de cuento! Despierta sensibilidad.
ResponderEliminarUN abrazo Tesa.
Había una vez una mujer intensa que era bella por dentro y por fuera. Tenia una piernas bonitas y un alma de caramelo. Su pelo oscuro se mecía al compás del caminar del viento
ResponderEliminarSu alma era grande y su corazón intenso.
Se fumaba la vida lentamente
tirando las aureolas del humo
al cielo, y sonreía a diario aunque a veces tenía miedos..... Se daba enteramente sin pedir a cambio y eso la hacía tiernamente diferente... . Es de noche y el frío es intenso. Que los angelitos velen tus sueños
Estimada
ResponderEliminargracias por estar y acompañar en todo tu sentimiento la tragedia
que vivimos en mi país...
no logro salir aún del asombro...de la tristeza de saber tanto daño...
escribir ayuda sin dudas...
un abrazo.
Hola, amigos, con la sugerencia de Diego y la insistencia de mi nieta Nora de que Avioncito tenía que volver, si o sí, a rescatar a Margarita, le he puesto por fin final feliz al cuento.
ResponderEliminarNora nos dejó su cubito de playa y el chico del cómic como yo lo llamó y ésta que les cuenta nos apañamos para sacar a Margarita del estanque.
Muchos besos, y gracias a todos por vuestros comentarios y por entrar en el juego siempre con tanta frescura.
Muy bonito y tierno cuento ilustrado, Doble premio.
ResponderEliminarUN beso
La última foto, con avioncito al rescate, es fabulosa. Me encanta lo creativa que eres, por lo que te ruego encarecidamente que sigas así.
ResponderEliminarUn beso.
jajaja si es que no me puedo despistar un segundo que te me pones toda imaginativa a escribir/ ilustrar/ retratar maravillosos cuentos de tortuguitas abandonadas a las que un avión las rescata de la cabeza de una muero jajajaja ... imagino que tu nieta seria la inspiradora de esta historia y la que además de nosotros la disfrutará ... el gancho que le has incorporado al avión para llevarse volando a su querida tortuguita perfecto! : )
ResponderEliminarMil besos maga MERLINA !
; )