El
Mar interior y Leviatán o la ballena,
escritos por Philip Hoare, han agitado las aguas de mi alma melancólica y
aventurera, que vuela con la misma determinación que las aves
migratorias, sin nostalgia, sin mirar atrás. Aunque a veces lo haga en círculos.
Y es que ya lo decía Hermann Hesse, que “la
vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el
esbozo de un sendero”
He leído los dos libros de Philip Hoare seguidos,
y quizá padezca un atracón de mar y romanticismo épico.
Bastaron unos
cuantos párrafos del autor en “Mar interior” para que mi
añoranza de mar y esa locura obsesiva, casi infantil, que me da cuando
algo me toca el corazón se pusiese en marcha.
En estos fotomontajes juego con la
idea de mar “de interior” de esta ciudad sin mar en la que vivo, mi añoranza del mar y mi propio mar interior.
Ya os he contado el proceso, ahora os dejo con
las palabras de Hoare, culpables de esta pequeña muestra de mi propio mar ilustrado.
“Nuestro cuerpo nos resulta tan
desconocido como el océano, algo a la vez familiar y extraño; es un mar
interior”
“Me aferro a mi rutina que ancla
una vida que de otro modo iría a la deriva…
...Pero por la noche la anarquía
de los sueños perturba este régimen autoimpuesto, en una caída libre que dura
hasta que recupero los rituales de la mañana”
“Con su renovación y su destrucción perpetua,
el mar propone un inicio y un final, una alternativa a nuestra vida atada a la
tierra…,
…una experiencia a la que estamos
encadenados, cuando quizá preferiríamos ser libres”
Hola bloguers y amigos, ¿cómo os va?
ResponderEliminarYa os he contado cómo se metió en mi cabeza la idea de estos fotomontajes, que no sé cuándo parará ni a qué puerto me conduce, pero soy de las que "voy donde el corazón me lleve"
Os voy visitando y poniéndome al día de vuestras publicaciones.
Sí, me repito, pero es que ando a trompicones con la red. Con poco tiempo para el ordenador y encima lo gasto jugando con las fotos.
Muchas gracias a todos los que paráis en El Almacén.
ELISA: en la foto de los pescadores jugando al dominó del post anterior, sí vi la sombra cuando la hice, y por eso la hice, aunque la luz era bastante mala.
PACO: tú desencadenaste este mar interior al hablarme del primer libro. Gracias, guapo. Te debo una.
Un montón de besos para todos y no os olvidéis de jugar que esto dura un suspiro.
Ay, el mar interior,mi queridísima amiga.Creo que cada uno llevamos el nuestro o, al menos deberíamos llevarlo. El mío es,sin ninguna duda, el Mediterráneo, ese mar pequeño, cerrado, que se muere, pero que juega con nosotros entre sus olas de Homero. Existe el tópico de las aventuras de los mares del Caribe y no es cierto todo lo que cuentan respecto a los piratas y sus aventuras. La historia nos ha dicho (y lo sabemos) que es el Mediterráneo donde su fundó todos los grandes sueños y mitos de la humanidad; de Algeciras a Estambul, que Creta a la playa de mi infancia, y fueron tan grandes para un mar tan pequeño que los devoró. Lo que más lamento es que por aquí no se divisan ballenas,y más de una vez han venido a morir sin darse cuenta. ¿El calentamiento del planeta? ¿O quizá buscaban a Jonás en estas orillas acribilladas de casas y hoteles? Se cuenta que una vez el Nautilos pasó por estas costas capitaneado por Nemo,y también Moby Dick en busca del capitán Ahab. ¿No fue así? Yo quise creerlo de niño.
ResponderEliminarSatisfacción es lo que siento al ver que te han gustado estos dos estupendos libros. Para saber, para soñar. Incluso para ver en el horizonte el perfil del lomo de una ballena.Y ese chorrito de agua que se asemeja a una fuente de Las mil y una noches.
Besos,guapetona.
Extraordinaria esta entrada, querida Tesa.
ResponderEliminarJuegas con la frescura de quien tiene recursos sin esfuerzo, como si todo el mar de las ideas lo pudieras nadar sin trabajo.
Hesse nos dijo cosas relevantes, sí, y aquí estamos cada uno, en nuestro camino, muchas veces dando tumbos sin lograr siquiera atisbar el horizonte.
Tu alma melancólica da vueltas a la belleza y de ella extrae cosas hermosas y sugerentes.
Besos y más y más.
El camino interior siempre es el que más nos cuesta. Quizá es porque nos cuesta reconocer algunas cosas y abandonar otras y asumir y aceptar otras muchas. Y eso siempre es un viaje con uno mismo.Saliendo y entrando de uno mismo, y además es un viaje que dura siempre.
ResponderEliminarUn beso
Bueno...ésta entrada es un derroche de hermosura, de talento y delicadeza.
ResponderEliminarLogras conmover hasta los huesos...
Que más te puedo decir querida Tesa?
Mi abrazo, mi agradecimiento y mi regalo:
...¿Sabes qué es lo más hermoso de aquí? Mira: nosotros caminamos, dejamos todas esas huellas sobre la arena, y ahí se quedan, precisas, ordenadas. Pero mañana, cuando te levantes, al mirar esta enorme playa no habrá ya nada, ni una huella, ni una señal cualquiera, nada. El mar borra por la noche. La marea esconde. Es como si no hubiera pasado nunca nadie. Es como si no hubiéramos existido nunca. Si hay un lugar en el mundo en el que puedes pensar que no eres nada, ese lugar está aquí. Ya no es tierra, todavía no es mar. No es vida falsa, no es vida verdadera. Es tiempo. Tiempo que pasa.Y basta...
Alessandro Baricco
Océano mar
Es precioso el trabajo que has hecho, por un momento pensaba que tu post era mi pensamiento en voz alta...
ResponderEliminarEs maravillosa la conexión que hay a veces entre personas que no se conocen Tesa, sigo en mi mar interior, sin intentar resolver nada, dejándome llevar.
Gracias amiga, un beso.
Artistaza!
ResponderEliminarEn este post solo tu sensibilidad supera a tu creatividad. ¿Puedo decir más?
Sin duda, solo hay un camino. Es el viaje hacia nuestro interior. Algunos no lo llegan a iniciar nunca. Otros buscan viajes exteriores creyendo que en ellos encontrarán las soluciones. Ya sabes lo que digo, que la vida es un instante entre dos nadas. Ese instante solo puede ser dedicado al descubrimiento del sentido del mismo... ese es el viaje.
· BPdMyN
· CR · & · LMA ·
No preferiríamos ser libres. Preferimos ser libres. Otra cosa son las redes y los anzuelos y las compuertas de las piscifactorías, pero... siempre preferimos ser libres. Vaya, creo yo :)
ResponderEliminarAndo yo también investigando estos días el poder evocador de las telas, aplicándolas a las viñetas, y es verdad que hay sonido...
También hemos coincidido evocando a Hesse, un romántico empedernido :)
Un abrazo y felices navegares, Tesa.
Un mundo de ideas en este texto
ResponderEliminarMe pareció complejo y bello...
Un momento de tu alma navegado en imagenes con letras
Y yo navego en ellas
Bellisima entrada, amiga... Un prodigio de creacion y de sensibilidad...
ResponderEliminarMe encantó
Un abrazo
Cuesta trabajo encontrar dentro de uno mismo las sendas que sepan su destino; ahora hasta los remansos tienen adverbios y las colinas desde donde intentar adivinar sueños sufren el tibio recorte de las mentes funestas, pero...caminar en los días de lluvia , caminar en busca de palabras o de hojas en blanco , caminar en busca de ese amigo que finge una sonrisa para no agriar la nuestra...esas cosas que parecen pequeñas...son las que dejan las huellas más profundas y duraderas.
ResponderEliminarBeso.
belleza, como el mar!
ResponderEliminarbelleza, como el mar!
ResponderEliminarComo siempre, has conseguido transportarnos a ese mar y que todos lo podamos sentir cerca, aunque esté a miles de kilómetros, tal vez ruja dentro de todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tengo palabras Tesa....
ResponderEliminarMi amigo Joaquín Carbonell escribió estas preciosas letras para regalárselas a su tierra seca.....me gustaría regalartelas a tí aunque tu si que conoces el mar.
Abrazos mil.
'Me gustaría darte el mar
Todo ese mar que no conoces
Todo ese mar que no has bebido
Que hace más seco tu camino de piedras sordas
De piedras sordas y de espinos
Me gustaría darte el mar
Me gustaría darte el mar
Todo ese mar cansado y bello
Que cobijó grandeza y trueno
Como el señor que da la mano sin dividir
Sin dividir humano y bueno
Me gustaría darte el mar
Me gustaría darte el mar
Para inundar tu tierra seca
Sedienta de lluvia serena
Siglos y siglos suplicada por esta casa
Por esta casa despreciada
Me gustaría darte el mar
Me gustaría darte el mar
Para llenar de luz tu corazón calizo
Como la tierra quebrada
De noche y soledad precipitada
Me gustaría darte el mar
Darte el mar
Darte el mar
Me gustaría darte el mar'
Y sigo creando mientras me disfruto con tus letras
ResponderEliminar"¡Qué dulce el agua salada
ResponderEliminarcon su salitre hecho cielo!", diría Alberti al ver tus fotomontajes. ¿Y qué diría yo? Pues lo que ya te he dicho antes y lo que te seguiré diciéndote:"ve y búscate en tus aguas abisales y síguenos trayendo la espuma entre telas y los límpidos colores de tu dulce-salada alma".
Haces que suspire en cada una de tus entradas, Tesa.
ResponderEliminarEn este caso, el suspiro ha sido por leer tanta belleza de golpe. Yo tengo el placer de vivir en un pueblecito con mar, pero aun así creo que el mar interior es algo más necesario que el material (aunque, no hay que esconderlo, nada me es terapéutico).
Te mando un abrazo, continúa así.
Belleza inmensa
ResponderEliminaren tus imágenes y tus palabras,
me sumerges más allá
de infinito
en el recóndito lugar donde anida
mi amor marino