Un hombre infeliz que se miraba el ombligo

El hombre de mi historia no tenía motivos importantes para ser infeliz. Pero un día, giró sus ojos hacia adentro, se concentró en sí mismo y se inventó un mundo asqueroso que parecía conspirar contra él.

Los párpados se le quedaron abiertos, atascados por el asombro. Las pestañas  se mustiaron añorando la humedad de la emoción y la que provocaba la risa, y los globos oculares al revés le daban un aire de zombi desvalido.



Para disimular el estropicio, el hombre se compró unos ojos.
 

- Los de soñador son los menos comprometidos, dan el pego en cualquier circunstancia – le dijo el viejo artesano, una eminencia en ojos para los que no quieren ver.


El hombre salió a dar un paseo con sus ojos de mentira, orgulloso de que nadie pudiera descubrir su infelicidad, miraba soñador mientras sus ojos de verdad se abrían paso a través del  ombligo, redondo y anudado como sus emociones.


Qué desaguisado. Su corazón ya no era rojo y latía con desgana. Vio como la desesperanza y el resentimiento tejían paranoias entre sus costillas flotantes. Y no hizo nada por  salvar a  la empatía que se ahogaba en una artería taponada por la furia.



Él, que antaño amaba la belleza, se perdió para siempre los atardeceres, que dibujaban con tinta china los paisajes sobre un cielo naranja y malva, las sonrisas enigmáticas, el cruce de miradas y un montón de pequeños placeres que os podéis imaginar.
 
Entre su mujer y  el hombre se instaló una autopista de silencio, cada vez más desangelada, cada día más ancha. Por la noche miraban la tele, es un decir, porque sus ojos de verdad seguían mirando hacia adentro. Una vez en la cama  se daban la espalda antes de dormir.


Entonces él se quitaba sus ojos de soñador, los guardaba con cuidado en una cajita de nácar, y lloraba desconsolado en la oscuridad.




20 comentarios:

  1. Los que me seguís desde "el perfume de las moreras" os sonará este texto que he rehecho un poco y he traido hasta el almacén para darlo a conocer a los nuevos amigos que pasan por aquí, y para darle un poco d ecancha a mi inspiración sigue de vacaciones.

    Muchos besos y os visito en vuestros blogs.

    Mimaos que esto dura cuatro días.

    Por contraste, en mi álbúm de fotos pondré veranito y mar.

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  2. Visitaba "El perfume de las moreras", pero no recuerdo este texto, con lo cual me alegro de que hayas decidido "orearlo" y así tener el gusto de leerlo.

    De vez en cuando no viene mal mirarse los dentros, pero sin abusar, que ya se sabe que cualquier cosa de la que se abuse se convierte en adicción.

    Me ha resultado especialmente triste el relato, Tesa. Será porque conozco algún que otro ser tal como el que, a la perfección describes.

    Besos

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  3. muy bueno, tesa! a mi sacar fotos me ayuda a salir de mi ombligo cuando el me tira como un espiral descendente y obscuro hacia adentro.

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  4. Me ha gustado mucho este texto.
    Gracias por tu visita y comentario
    En el blog de Josefa.
    Es un placer verte en él.
    Un besito con mucho cariño.

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  5. Precioso el texto, me ha gustado mucho, también las imágenes que lo acompañan.

    Mirarse demasiado el ombligo hace que te acabes perdiendo en una espiral de autocomplacencia, cuando lo que realmente importa es poder llorar con la cabeza alta y la mirada perdida en el horizonte de un nuevo día.
    Y que sean los demás quienes te acaricien con la mirada, porque uno juzgándose a sí mismo siempre tiende a declararse inocente y a no reconocer sus propios errores...

    Besos.-

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  6. Pues sí que es un estropicio, sí. Porque vamos a ver, ¿quién le manda al aprendiz de infeliz mirarse al ombligo?. Tenía que inventarse un mundo asqueroso donde ser un infeliz por los siglos de los siglos. Pues no, muy mal hecho.
    Digo yo que bastante está de asqueroso el mundo que pisamos como para tener que autoflagelarse con más miserias y tristezas.
    Habrá que buscarle una solución de urgencia si es que llegamos a tiempo para devolverle la vista a esos atardeceres compartidos con su mujer tras largas charlas donde reinaban las carantoñas y la esperanza.
    No sé Tesa pero debe de haber algún hospital donde sanen y operen a individuos así. ¿Podría el doctor Barraquer hacer algo? ¿Y un donante de ojos soñadores de verdad?
    Tal vez el gato de tu almacén nos ayude a buscar la solución más favorable al desgraciado señor.
    Que alguien aporte alguna sugerencia.

    Un abrazo de Mos desde mi orilla.

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  7. Los ojos de soñador no sirven de nada, sino se tiene la capacidad de soñar, da igual lo que te pongas, por dentro y por fuera.
    Otro grandisimo problema que padecemos es la incomunicación, y creo que cada vez se agrava más. Hemos perdido la capacidad de escuchar y de contar, no queremos saber nada de los demás para no cargar con 'dolores ajenos', y a veces tampoco queremos contar prque eso supone explicar y te pueden juzgar.
    Tu post me ha hecho mucho que pensar. Interesante mensaje.
    Un beso

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  8. Hola Tesa: Yo te seguía en el perfume de las moreras y no recuerdo este texto, debió ser anterior a conocernos. Me ha gustado mucho y las fotos, como siempre una pasada.

    Un besito

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  9. Pobre hombre, pero al menos tenía sólo un par de ojos y no seis como cancerberamente yo uso, porque eso sí que es la locura, imagínate, que uno vea hacia su interior de una forma tan neurótica.

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  10. Hola, Tesa:

    Qué bien volver a vernos. Estáis genial Xavier y tú, seguid así. el viernes se mi hinchó el alma un pocquito más, la verdad.
    Bueno, qué buen texto, que sensaciones y que reflexiones provoca. Yo no lo recordaba de "El perfume". Tiene algo que me hace empatizar con el personaje (algo, no mucho), quizá esa mirada de soñador, no sé.
    Muchos besos, Tesa

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  11. Hoy escuché en "carne cruda" una frase que viene ni pintada aquí.

    "La tarsidermia está de moda...hay cada vez más gente andando por ahí como muerta".

    El relato es estremecedor, no por el hombre, que es un personaje al límite, sino por todas las veces que nos ponemos esos ojos falsos para no ver, para que no duela, para no sentirnos mal, y eso acartona, ojos, corazón y espíritu.

    Un fuerte abrazo.

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  12. Tesa, Tesa, Tesa, querida Tesa, qué lindo es ver que retomas de nuevo después de haber dejado tu blog anterior. Mira que yo también dejé por un tiempito, pero ahora retomo, con mucha energía. No creo que mirar hacia dentro de nosotros mismos resulte de una manera tan pesimista; sí, tal vez no encontremos lo que deseamos o esperábamos ver, pero somos nosostro y en nosotros queda aceptarlo o cambiarlo.

    Saludos.

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  13. Casualidad, Tesa, yo también ando con reposiciones en lo del cine...

    ¡Qué imágenes, Tesa! Y vivas palabras.

    Un abrazo.

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  14. No se siente que tu inspiración esté de vacaciones, ni en texto ni en imágenes.
    Un abrazo.

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  15. · Que triste final. tal vez debiera saber, tu hombre, que guardando sus ojos de soñador, cada noche, podría comenzar un nuevo día con ilusión renovada, y que esa lágrimas solo eran un simple ejercicio de limpieza.

    · besos perfumados de morera

    CR & LMA
    ________________________________
    ·

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  16. Tesa, tengo nuevo blog, sin mucho centro... ya me conoces... pero bueno http://bloomdidos.blogspot.com/
    Ah, las reposiciones son como reencontrarse con viejos amigos, y para quienes no las conocían/mos, es una oportunidad. A mí, esta se me había pasado!!!

    Un abrazo.

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  17. Hola, Sam, ya he visto tu nuevo blog, es muy refrescante, me gusta mucho, ahora mientras te escribo me dejo de fondo una de las versiones que tienes de Summertime, que me chifla, hay un montón, pero claro Ella Fitzgerald and Louis Armstrong son un lujazo.

    Pasa un buen verano, Sam.

    Un abrazo.

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  18. Se ve, que como desde la jubilación no mido el tiempo, ya hacía bastante que no pasaba por aquí, querida Tesa. Antes de ponerme con el trajín del verano, ya me vuelvo a encantar (con mis ojos ávidos de arte)con tus relatos.
    ¡Pobre hombre...!Yo le hubiera dicho que se conformase con los ojos que tenía y que comprase estímulos y razonamientos en vez de ojos de soñador. Los soñadores, poco futuro tienen y él no lo sabe. No me extraña que acabase llorando y esos ojos en una cajita...

    En cuanto a la entrada anterior...¿te querrás creer que como si conociese ese caso en la realidad? ¡Qué sabia lección esa de desaparecer y dejar atrás una vida mediocre sin gratitud alrededor!

    ¿Qué decir de tus fotografías? Esas palmeras con el fondo ardiente...tienen alma. Como ese paso en el asfalto tornasolado... Eres una maga.

    Espero que tus proyectos sigan bien y andes satisfecha.

    Un fuerte abrazo, Carmen.

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  19. Hoy he descubierto tu blog, y he de decirte que me ha encantado. Muy buenas las fotografías que acompañan al relato.
    La historia del tipo no tiene desperdicio, es el todo original. ¡Y eso que tienes las musas de vacaciones! Un abrazo.

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