Desde mi ventana no puedo yo verlo...
Desde mi ventana el mar no se ve... (Versos de Rafael Alberti)
Para sanar nuestra añoranza de mar, al menos dos veces al año salimos a su encuentro. Este verano, la cita ha sido en Las Rías Baixas, Galicia.
Con este Catamarán, donde comíamos y nos desplazabámos a las diferentes Islas Atlánticas, hemos caminado sobre el mar.
Ya me gustaría tener la "habitación con vistas" de esta gaviota
Playas solitarias de arena blanca, agua cristalina... y fría, que para eso es el Atlántico
Xavi se pone guapísimo en vacaciones...
En verdad, que nos sienta genial desconectar de todo y estar juntos sin interferencias ni obligaciones
Hasta me pongo un poco cursi con vestidos floreados y posando entre las flores
Aunque en este caso sea un efecto óptico, En la Isla de Sálvora, los polluelos de gaviota son enormes, con su pelaje gris y suave, casi igualan en tamaño a sus madres a las que reclaman comida de una manera insistente y ruidosa.
El mar de Galicia, además de bello, es productivo. Aquí las bateas donde crecen los mejillones que se recolectan después de un proceso sorprendente y elaborado de cría antes de llegar a nuestras mesas. Os sugiero que investiguéis.
El mar salvaje rumorea entre la bruma de la mañana. Espectacular. Playas con la arboleda tocando las rocas que la delimitan. Una señora grita al introducir los pies en la orilla, le digo que el agua está estupenda, me mira como si yo estuviera majara. Quizá por eso no hay aglomeración de bañistas.
Dicen que las sirenas sólo las ven quienes creen en ellas.
Ahí vamos camino de la Lonja de Ribeira donde se subasta el pescado y el marisco fresco y delicioso que se pesca en estas Rías.
"La Lonja aplicará sanciones contra los usuarios que roben o causen daños en las instalaciones"
-Xavi, devuelve las navajas, ya sé que son muy tentadoras y que nos encantan a la plancha...
...pero no le vamos a complicar la vida a Joao, nuestro guía en la Lonja, con esa cara de buenazo.
Día de lluvia, pero qué importa, estamos en Galicia con su tiempo imprevisible, los delfines nos alegran la travesía jugando con la estela del barco.
Sorprende verlos tan cerca de la Costa. Nos cuentan que llevan allí a sus crías para enseñarles a pescar en aguas tranquilas.
Un pequeño tractor hace equilibrios en el horizonte amarillo que separa el cielo del mar. Y es que en Galicia todo es posible...
...Como que esta señora esté tan concentrada en la punta de su bastón, con el que dibuja en la arena quién sabe qué sueños o conjuros...
...teniendo el mar a unos pasos de su casa... A Conbarro le sobran turistas, pero es un pueblito encantador.
Una escena relajante en pleno mes de julio... El mar, una barca, una gaviota.
Los demás turistas se agolpan en las tiendas de souvenirs. Mejor para nosotros.
Galicia tierra de meigas, de magas, de hechiceras...Los gallegos dicen: "Yo no creo en meigas, pero haberlas Haylas" (haberlas las hay)
En Santiago de Compostela te puedes encontrar por la calle un Santo, de carne y hueso. Me sonrie, a mí, que soy una pecadora irredenta.
Ravachol es un loro con una historia digna de un culebrón a la hora de la siesta. El entierro del Loro Ravachol se conmemora a lo grande todos los años en los carnavales de Pontevedra.
Vestigios que perduran de lo que pudo ser en origen la ciudad de Vigo
Hoy Vigo es la ciudad con más población de la Comunidad Gallega, con una Zona Franca donde se incentivan variadas y pujantes actividades económicas. Y el Puerto con más actividad mercántil de todo Galicia.
Decía Fray Antonio de Guevara, capellán de las Galeras reales en el siglo XVI, que "En el mar los hombres aprenden siete artes liberales: (intuyo cierta ironía por parte del clérigo en la denominación de "artes liberales" )
Blasfemar, beber, engañar, difamar, robar, asesinar y fornicar
Lo sé, Fray Antonio, es lo que tiene el mar...la mar, que te aquieta o te alborota. Y lo sé, porque yo estuve allí.
...Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar...
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar...
(Versos de Espronceda)
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